El Coco está maduro
El Sevilla FC disfrutaba de una plácida pretemporada hasta que explotó la operación Bryan. La última gran certeza curtida en la carretera de Utrera ponía rumbo a Londres a razón de unos 25 millones fijos más variables. La operación ya era jugosa de por sí, pero a ella se le añadió el pase de Erik 'Coco' Lamela, que recalaba en Nervión para ampliar el armario sevillista.
El primer 'drama' de la temporada rojiblanca estaba servido, pese a que con el paso de las horas, el montante económico comenzaba a convencer a los aficionados. Sin embargo, la incertidumbre sí que se mantuvo con un argentino que llegaba tras estar bastante acomodado en Londres, con un rol secundario en el equipo y etiquetado como un mero futbolista de highlights.
Rendimiento inmediato
Y como suele ocurrir en estos casos, la pelota comenzó a rodar una cálida noche de agosto y los argumentos comenzaron a brotar. El inicio de Lamela en Sevilla es inmejorable. Por el momento, y de forma ilógica, pues no es su fuerte, suma tres goles en tres encuentros de LaLiga Santander. Mención especial al tanto postrero logrado en el Coliseum con el que el Sevilla obtuvo tres puntos capitales. Pero Lamela ha demostrado más que acierto de cara a portería en este inicio de campaña.
Erik está refrescando desde el banquillo a un equipo que sigue sin estar engrasado. Su entrada en el encuentro de UEFA Champions League del pasado martes fue crucial. El extremo argentino oxigenó a sus compañeros, hundidos en un bloque muy bajo ante un RB Salzburgo que disfrutó de la superioridad numérica durante toda la segunda mitad y aún así fue incapaz de hacer hincar la rodilla a su rival. Cada cabalgada de Lamela era un respiro para el Sevilla. Y una delicia para los sevillistas presentes en el Sánchez-Pizjuán, pues además de interpretar a la perfección lo que requería el encuentro, Lamela derrochó talento en cada acción. Y así lo apremió su afición, esa a la que se está metiendo en el bolsillo.
A vueltas con la irregularidad
Puede sonar a tópico, pero el mayor enemigo de Erik Lamela es el propio Erik Lamela. El argentino encandiló desde muy joven en su país y ha dejado picos de rendimiento muy altos a lo largo de su carrera. Sin embargo, rara vez ha alcanzado la ansiada regularidad, lo que invita a andar con pies de plomo con su comienzo en Sevilla.
Aunque claro, esta historia no es nueva para los aficionados sevillistas: llegada de un jugador defenestrado que se enfunda la camiseta rojiblanca y revierte drásticamente su situación. Probablemente, Lamela no conocía el contexto cuando aceptó ser moneda de cambio en la operación Bryan, pero la realidad es que el argentino está en el lugar indicado para regresar a su mejor nivel y, sobre todo, mantenerlo.
El fútbol es cambiante; hoy recibes aplausos en un encuentro Champions y mañana no entras en la convocatoria, pero lo que está claro es que Lamela es un jugador más que válido para un Sevilla con retos exigentes, algo que se ponía en duda cuando ni siquiera había aterrizado en la capital andaluza. El paso de los encuentros marcará el devenir del extremo en Nervión, pero por el momento, Lamela ha demostrado que el Coco está maduro.
Ahora pondrá a Suso