¿Esto tiene arreglo?

El Sevilla FC se ha permitido a sí mismo perpetrar este miércoles un partido para la historia más negra del club. Por primera vez, un entrenador destituido se ha sentado en el banquillo de un equipo que se jugaba el pase a la próxima ronda de la UEFA Champions League.

Julen Lopetegui lleva semanas sentenciado, prácticamente meses, pero por motivos que nunca sabremos, el consejo de administración ha decidido mantenerlo hasta amarrar un sustituto, faltando al respeto a uno de los siete entrenadores que ha traído gloria a Nervión, pero también a la historia y la razón de ser de este club. Haya pasado lo que haya pasado, no se merecía esto.

Con estos ingredientes, el Sevilla ha sido vapuleado por el Borussia Dortmund con cierta facilidad pese a jugar uno de sus mejores partidos del año, lo que hace más grave aún lo sucedido. Se aleja de manera casi definitiva la posibilidad de estar en los octavos de final de la Champions, la competición que más tristeza ha traído a Nervión desde el primer día en que su himno sonó allá por 2007. Sería la tercera vez que el equipo cae en fase de grupos, la primera fue con una Juventus y un Manchester City como rivales, la segunda en el pírrico grupo del año pasado y la tercera, esta, casi sentenciado en la tercera jornada. De mal a peor.

Lopetegui será historia en los próximos minutos y no merece la pena mirar atrás. Además, da tela de miedo. Toca echar la vista hacia adelante y plantearse si tiene esto arreglo.

Viene Jorge Sampaoli, que además de entrenador de fútbol se autoproclama ‘colonizador de mentes’. Ahora mismo, el Sevilla necesita mucho más de lo segundo que de lo primero, alguien que convenza a los jugadores de que son mejores de lo que están demostrando en este inicio de temporada. ¿Mucho mejores? Eso está por ver.

Viene Jorge Sampaoli, que además de entrenador de fútbol se autoproclama ‘colonizador de mentes’. Ahora mismo, el Sevilla necesita mucho más de lo segundo que de lo primero.

De todos modos, hay que mirar más allá del terreno de juego y del banquillo y preguntarse los porqués de lo que ha sucedido. De la gestión desde arriba, de los problemas económicos, de la falta de fuste después de tres años en Champions. ¿Se arregla esto sólo con un cambio de entrenador?