El Sevilla resiste en los infiernos... el turco y el suyo

El Sevilla resiste, sobrevive, vive, continúa, sueña. El Sevilla ha salido vivo del infierno, no solo del turco, que también. Sino que el Sevilla ha sabido sobrevivir a un partido complicado y sobre todo a una situación complicada. No es lo mismo llegar a los cuartos de final de la Europa League como lo había hecho en anteriores ocasiones, siempre que lo hizo ganó el torneo por cierto, que hacerlo esta temporada, una temporada complicada difícil, y en un partido como el disputado ante el Fenerbahçe. Este pase amplía de hecho la dimensión del Sevilla en esta competición, su competición. Porque hasta siendo un Sevilla venido a menos es capaz de colarse en las rondas finales, y a esperar el sorteo.

El partido debe verse en una visión completa, de eliminatoria. Y ahí, aún con sus muchas limitaciones, en el campo y en la banda, el Sevilla mereció pasar. Por su segunda parte en la ida y porque, con una situación bastante complicada, supo reponerse en Estambul. Cuando más fea pintaba la cosa, con un 1-0 de penalti, con un campo apretando, con ocasiones y llegadas, ahí el Sevilla puso pie en tierra, paró el partido, en parte con la 'colaboración' de los ultras locales que bombardearon literalmente a mecherazos a Dmitrovic, y supo leer el resto del encuentro, que llegó hasta el minuto 99.

Es cierto que el partido se le puso cuesta arriba de forma un tanto injusta, porque el Fenerbahçe no llegó prácticamente en la primera mitad hasta el penalti por mano absurda de Telles. Tampoco hizo gran cosa el Sevilla por ir a marcar o ganar el partido. Nada más lejos de la realidad. La doble punta de En Nesyri y Mir no funcionó y apenas pisó área el equipo hispalense. Se defendió con orden, atacó sin él.

Pero más allá de una enumeración de las limitaciones ya conocidas del Sevilla este curso, cabe valorar la clasificación para los cuartos por muchas razones. Por la inyección de moral, por la inyección de confianza, por la inyección de competitividad, porque el de hoy fue un ejercicio completo de competitividad.

Quién sabe si los cruces son amables (este viernes hay sorteo de cuartos y el cruce de semifinales) y el Sevilla evoluciona, ayudado por más efectivos, si hay motivos para soñar. En condiciones normales un equipo así no aspiraría a nada. Pero he aquí que el Sevilla es el Rey de la Europa League, tiene seis títulos. Y las ha ganado de todos los colores.