El rey no hinca la rodilla ni ante el diablo

Por algo es el rey de la competición, por algo quiere este torneo como nadie (Unai Emery dixit), por algo nunca se rinde, por algo es tan difícil hacerle hincar la rodilla. El Sevilla FC ha vuelto a lograr una hombrada en Old Trafford ante el Manchester United, donde ya salió victorioso en la Liga de Campeones. Esta vez no ha ganado, porque además queda un partido de vuelta, pero lo consumado por el equipo de Mendilibar en el Teatro de los Sueños ante los Diablos Rojos es digno de otra página europea brillante. Perdía en el minuto 83 2-0, y hacía poco había visto un balón de Antony estrellarse en el palo, y entonces, apareció el Rey, apareció la mística, apareció la fortuna si quieren en forma de rebote, y apareció el que nunca se rinde, el Sevilla, sí, y Jesús Navas, para ganar una pelota que Malacia dio por acabada para marcar un gol que metía al equipo nervionense en la eliminatoria.

Se alinearon los astros, o los alineó Navas con esa carrera quizás, pero al poco tiempo Lisandro sufrió una desagraciada lesión que dejó al United con 10 ante un Sevilla crecido y mejorado. Mala fortuna de los locales, y mala gestión de Ten Haag que dejó al equipo sin cambios con demasiado por delante.

El Sevilla se vino arriba, acosó al Manchester y encontró otra jugada, otro remate, otra desgracia local en un salto imponente de En Nesyri que rebotó en Maguire y se coló en la meta de De Gea.

El final del partido fue del todo increíble, con el Sevilla incluso acosando al todopoderoso United, aunque no ocurrieron más sucesos trascendentes.

Lo que había ocurrido antes tiene muchas lecturas. Mendilibar arriesgó mucho con un once dudoso, sin delantero, con dos centrales que venían de inactividad y lo notaron en la primera mitad, donde la defensa hizo aguas, hasta el punto de ceder dos goles en 20 minutos. La primera parte pudo ser desastrosa, porque el United tuvo ocasiones de sobra para hacer más daño, pero aguantó el equipo hispalense, aguantó hasta el descanso y aguantó en la segunda mitad, pese a que mejoró bastante el equipo con los cambios de Mendilibar (sobre todo la entrada de Navas y la ubicación de Gudelj que se colocó en defensa por un dubitativo Nianzou). Aguantó, hasta tener su oportunidad. Y apareció, con esa fe de Navas que encontró premio en la carambola de Malacia y De Gea.

Quizás el United se vio con la eliminatoria ganada, quizás el United sesteó cuando todo lo tenía a favor. Quizás el United subestimó al Sevilla. Y al Rey no se le subestima, nunca se le debe dejar con vida...