El año de Mariano Díaz en el Sevilla no pasará, ni mucho menos, a la historia. Ni a la del jugador, que llegaba con la ilusión de darle un giro a su carrera tras muchos años en un segundísimo plano en el Real Madrid, ni a la del club, que confió en él para subir el nivel en la delantera y acabó chocándose con la realidad de sus continúas lesiones. Tal es el nivel que, tras 29 jornadas disputadas, el punta aún no ha sonreído en LALIGA.
Mariano Díaz llegó a Sevilla prometiendo, tras varios años prácticamente desaparecido, volver a ser el delantero -o al menos intentarlo- que un día enamoró en Lyon. La historia, sin embargo, no ha tenido semejanza alguna y entre lesiones, cambios de entrenadores, irregularidad y un pésimo año del conjunto blanquirrojo -todo sea dicho- el ex del Real Madrid podría marcharse de Nervión con una estadística horrible.
Sin goles anotados (en ninguna competición), el único dato numérico que se lleva Mariano Díaz por el momento es una asistencia en LALIGA ante el Alavés que, dado el resultado, sirvió de bastante poco.
El ex del Real Madrid ha participado en seis encuentros en LALIGA, tres en Champions League y uno en Copa, de los cuales solo ha ganado uno: en El Coliseum, ante el Getafe.
Si el punta no jugase más en la competición regular, algo que parece complejo dada su incómoda lesión y la alta competencia que existe actualmente en su puesto, podría dejar el Sánchez-Pizjuán en junio sin haber participado en ninguna victoria en el campeonato nacional.
Con él en el campo, los mejores resultados llegaron ante el Lens (1-1), Cádiz (2-2), Celta (1-1), Betis (1-1) y el mencionado triunfo en Copa, marchándose de la Champions, evidente, sin sonreír y esperando su primera gran tarde en el campeonato nacional.
La última vez que el delantero ganó en LALIGA fue el 13 de mayo de 2023, en el Bernabéu, ante el Getafe (1-0), y habría que remontarse hasta el 15 de mayo de 2022 para ver su último gol en LALIGA, que lo anotó ante el Cádiz en el Nuevo Mirandilla.
Quedarán aún algunas jornadas para que Mariano se marche con mejor sabor de boca del Sevilla, pero la realidad es que su curso, a pesar de la ilusión que pudo generar, ha sido mucho, muchísimo, peor de lo esperado.