La pasada jornada de LALIGA EA Sports tuvo un lamentable episodio. En el Coliseum, durante el Getafe - Sevilla, Quique Sánchez Flores fue llamado gitano de manera despectiva. El entrenador, orgulloso de su sangre, salió a rueda de prensa a denunciar estos hechos visiblemente afectado. Si esta es una realidad que se vive en el fútbol profesional, en el fútbol base sucede lo mismo.
Las cámaras de ElDesmarque se desplazaron a Torreblanca de los Caños, localidad en la periferia de Sevilla. Allí hay un equipo de fútbol, el Torreblanca FC. En sus categorías inferiores hay jugadores de todas las etnias. Hemos hablado con padres de familia gitana que han sufrido estos insultos tanto de manera directa como hacia sus propios hijos.
En el vídeo que encabeza la noticia, el reportaje de ElDesmarque con las familias gitanas de Sevilla.
Lo sucedido con el entrenador del Sevilla es un episodio que se repite en todos los campos de España y no precisamente en los campos de Primera División donde hay cámaras y un control superior. “Somo gitanos, uno no puede negar lo que es. Como que miran mal. O porque el niño es gitano uno siente esa mala mirada”, explica uno de los padres de los niños que juegan en el Torreblanca CF.
“Más de una vez me han llamado gitano de mierda. Por respetar a esos niños me callé la boca y ya está”, explica otro. “Siempre hay tontos en los campos y no saben mirar que son niños chicos”.
Como Quique, sacan pecho por ser lo que son, pero denuncian que se use de esa manera despectiva. Además, no ponen la tilde solo en el fútbol. “A mí no me ofende porque soy gitana. ¿Por qué le voy a decir a nadie payo? Tú tienes un nombre. Esto sucede en el fútbol y afuera, la gente que hace esto lo lleva dentro”, explica una madre de los jugadores.
Sobre lo que hizo Quique Sánchez Flores en rueda de prensa solo tienen buenas palabras. “Yo me sentí orgullosa. El ver un entrenador gitano me enorgullece. Porque seamos gitanos no tenemos que estar apartados de nadie”, explica. “Me siento muy orgullosa de que tengamos un entrenador gitano, que hable de esa manera y que sepa explicar de esa manera”.
Por último, todos concluyen en la misma reflexión. “Payo, gitano, negro… todos somos iguales. Si te cortan, nuestra sangre es roja.”