La llegada del autobús del Sevilla para jugar el derbi
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Un recibimiento hostil
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Los jugadores, motivados
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El Sevilla, rumbo al Benito Villamarín entre una marea de bengalas rojas
El Sevilla FC ya está en el Benito Villamarín. Los de Quique Sánchez Flores han llegado desde Nervión a Heliópolis en un autobús repleto de ganas, ilusión y mucha motivación de cara al derbi ante el Real Betis. Los sevillistas aterrizan en territorio enemigo en uno de los mejores momentos de la temporada. Han recuperado la confianza en las últimas semanas y así lo han demostrado a su llegada.
El ánimo del bus del Sevilla
Con golpes en las ventanas llegaban los sevillistas a disputar el derbi. Una imagen que suele ser habitual dentro del bus en los partidos de alta tensión. El equipo ha conseguido crear una burbuja de ánimos y motivación que lo ha aislado de todo lo que se estaba cociendo fuera.
A pesar de las exhaustivas medidas de seguridad, marcadas por el protocolo, que impiden a los aficionados acercarse a los autobuses de los equipos, un alto número de aficionados béticos ha visto llegar a los jugadores del eterno rival desde la lejanía. Entre cánticos, bengalas verdes y palabras nada agradables ha discurrido el autocar visitante por la explanada de Preferencia.
Los recibimientos en los derbis
Ya nada es lo que era. El protocolo de seguridad por partido de alto riesgo ha convertido el recibimiento de los autobuses en un trámite, con más importancia para el jugador que ve aparecer el estadio a lo lejos que para el aficionado que espera animar a los suyos o desconcentrar al rival.
Este domingo se ha vuelto a vivir una estampa que viene repitiéndose en los últimos años. Una calle de llegada al Benito Villamarín, con los aficionados custodiados por la Policía Nacional y vallas a más de cien metros de distancia. La esencia del ambiente, una vez más, cortada de raíz antes de un gran derbi.