El cuadro de Antonio Puerta que sigue acompañando al Sevilla FC 17 años después
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17º aniversario de su muerte
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Su recuerdo aún sigue presente
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El 28 de agosto seguirá siendo una de las fechas más amargas en la historia de la entidad. Tal día como hoy, hace 17 años, se marchaba para siempre Antonio Puerta. Una muerte que conmocionó el mundo del fútbol y que logró por entonces lo impensable, ver al Sevilla FC, con José María del Nido a la cabeza, y al Real Betis, de la mano de Manuel Ruiz de Lopera, más unidos que nunca. Solo él, a tenor de su sencillez, su bondad, su humildad o el legado que dejaba en vida, lo pudo lograr.
La conocida Zurda de Diamantes dejaba para la posteridad recuerdos imborrables. El canterano que abrió el camino a la gloria. Aquel futbolista que mamó de la teta de Joaquín Caparrós y que despertó la atención de Luis Aragonés, que le hizo debutar con España. Curiosamente, cubriendo la baja por lesión de José Antonio Reyes.
La firma de Antonio Puerta, en cada rincón
No obstante, Antonio Puerta nunca se ha ido. Y es que el Sevilla FC honra su figura cada vez que puede. Una estatua suya preside la ciudad deportiva, una foto suya hace lo propio en el vestuario del Sánchez-Pizjuán, le dio nombre al trofeo anual del club y su rostro está presente en cada desplazamiento de la plantilla.
Por poner varios ejemplos, un cuadro suyo y de José Antonio Reyes acompañó al Sevilla FC en su último triunfo ante el eterno rival en el Benito Villamarín. Lo mismo ocurrió en la consecución de la última Europa League, con la plantilla honrando su memoria con una camiseta. Esa reminiscencia de la que también se hace eco el pulmón de Nervión, Gol Norte, con banderas de los dos citados.
Pero eso no queda ahí. José Antonio Reyes y Antonio Puerta también acompañan al equipo en los partidos en el propio césped. Un gran detalle de los utilleros del club, grabando el 10 y el 16, sus antiguos dorsales, en el saco de los balones. La bolsa que tanto cuidaron antaño y que seguramente guarde algo de la magia que ofrecían sus botas. Y sus rostros están en los baúles del centro del vestuario.
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A la entrada, una fuente y un paseo con bancos hacen de antesala para el hall de recibimiento. En la primera planta, se encuentra una sala destinada a las reuniones del equipo para vídeos y charlas tácticas. No muy lejos, un vestuario amplio con lugares reservados para los jugadores y un gimnasio amplio perfectamente equipado. La segunda planta es el espacio reservado para el descanso de los jugadores, gracias a las habitaciones individuales que posee. Además, un comedor con terraza y cocina de última generación. Finaliza con una sala de esparcimiento con sofás y televisores.
En la planta baja se sitúan los vestuarios, cocina, comedor, centro médico, almacenes de utilleros, despachos y otras estancias. En la planta superior, 40 habitaciones individuales que permitirán a los jugadores y técnicos descansar los días de entrenamiento e incluso concentrarse antes de los partidos. Como detalle muchas de las instalaciones tienen grabado el número 16 que llevase a la gloria Antonio Puerta y que con tanto orgullo luce ahora Jesús Navas, quien da nombre al estadio principal.