La espada de Damocles de las rojas: el Sevilla, el equipo más expulsado

El arranque de temporada del Sevilla FC es deficiente a nivel de resultados. Ha conseguido ocho puntos en siete jornadas, y aunque está colocado en mitad de la tabla clasificatoria, lo cierto es que ha sufrido hasta el momento y las sensaciones no son especialmente positivas.

Ni las de juego, ni ninguna de las que tiene que ver con las decisiones arbitrales, que en caso de duda nunca le han favorecido. Como muestra, el equipo de García Pimienta, sin ser especialmente duro, es el que más tarjetas rojas ha visto en lo que va de temporada en LALIGA EA Sports, y de las tres, dos al menos han levantado polémica.

La primera tarjeta roja que vio el Sevilla en el presente ejercicio fue la de Saúl Ñíguez en Son Moix, en la jornada 3. Le dijo “eres malísimo” al colegiado Muñiz Ruiz y éste no dudó ni un segundo en expulsarlo, cayéndole dos partidos más. Teniendo en cuenta otras cosas que se han visto y se verán, el doble rasero en este tipo de acciones es moneda común, y la cruz de la moneda le ha caído al equipo nervionense.

Las dos últimas en casa

La siguiente expulsión fue en la jornada 5. Juanlu, que había entrado desde el banquillo, cayó en el área del Getafe en una acción con Juan Berrocal. Quizás no fuera penalti, pero sí hubo un contacto que, por mínimo que fuere, le desequilibró tras una larga carrera. Sin embargo, Busquets Ferrer le enseñó la amarilla por simular y fue expulsado tras haber visto otra tarjeta minutos antes. Ni el VAR le corrigió, ni el Comité de Competición decidió dejar en nada la sanción al canterano sevillista, aunque también se han visto acciones similares que no solo no han acabado con tarjeta y expulsión, sino con penalti a favor.

La última tarjeta roja vista fue la pasada jornada, ante el Real Valladolid. Esta incontestable a Marcao por dos amarillas totalmente merecidas, y que incluso despertaron el elogio de su entrenador en la sala de prensa. “Creo que las dos tarjetas a Marcao eran necesarias. La primera no la recuerdo muy bien, pero la segunda es una jugada en la que Barco debería haber pasado el balón a Ejuke para que hiciéramos un uno contra uno y resolver la situación. Estás ganando, es el minuto 90, y hay que ser mucho más pragmáticos. Pero Barco tiene 20 años y el otro mucha más experiencia. Esa tarjeta fue muy necesaria, de lo contrario el jugador del Valladolid se habría quedado solo frente a la portería”, dijo el técnico sevillista tras el partido.

Lo único positivo de estas tres expulsiones es que todas se produjeron en los últimos minutos, y el Sevilla fue capaz de mantener el resultado, consiguiendo con diez hombres siete de los ocho puntos que lleva en su casillero. El récord de expulsiones en un año lo tiene el Real Zaragoza, con 17 en la temporada 1994/95. En la proyección actual del equipo nervionense, estaría cerca de superar esos números.

Otras jugadas dudosas

La estadística de las expulsiones se suma a otras también relevantes en las que no está teniendo suerte el Sevilla. Se le han anulado dos goles por el VAR, uno de ellos, el de Juanlu al Villarreal, con unas imágenes que no aclaraban demasiado. El otro, de Ejuke, por un milimétrico fuera de juego.

Además, se le pitó un penalti ante el Girona por una mano muy dudosa de Isaac Romero, mientras que una mucho más clara de Bertug en el área rival en el duelo ante el Getafe se fue al limbo, por no hablar de la patada en la cabeza que recibió Peque ante el Valladolid, que tampoco fue señalada como penalti pese al impacto que recibió al intentar rematar, así como otro posible penalti sobre Gudelj que no señaló Pulido Santana al entender que el balón no estaba en juego, algo discutible.