Dos minutos de cambio: el emocionante adiós de Jesús Navas al césped del Sánchez-Pizjuán

Se acabó la era de Jesús Navas en el Ramón Sánchez-Pizjuán. El partido ante el Celta de Vigo estaba marcado como el de su despedida del estadio del Sevilla FC tras casi dos décadas dedicadas al equipo de su vida como futbolista profesional, y un puñado de años más en la cantera. El cambio se veía venir cuando se cumplió la hora de partido, pero Manu Bueno marcó, García Pimienta paró las dos sustituciones que tenía preparadas y el último partido del palaciego en Nervión duraría unos minutos más.

Para futbolistas especiales, momentos especiales. El cartelón de Jesús Navas fue elevado por el delegado de campo en el minuto 69, y dos minutos estuvo el legendario futbolista despidiéndose. Desde antes, ya estaba llorando, alejándose del banquillo, como queriendo evitar que llegara el momento que tantas veces habría querido evitar.

Tanto Gil Manzano como el Celta de Vigo -impecable durante toda la tarde en el homenaje a Navas- comprendieron que era un día especial. El capitán se abrazó a todos sus compañeros, también a Iago Aspas y alguno de los jugadores celtiñas. Se fue al centro del campo, e incluso se acercó al Gol Norte antes de dar su última carrera hacia la banda para, finalmente, ser sustituido por Idumbo Muzambo.

Aunque aún le queda la posibilidad de jugar la semana que viene ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, este cambio simboliza el fin de una era. Desde que el 7 de diciembre de 2003, en una tarde lluviosa, debutara en el Sánchez-Pizjuán ante el Real Zaragoza, se cuentan por miles los kilómetros recorridos por Jesús Navas en Nervión.

El destino incluso quiso que en una de sus tres temporadas en el Manchester City, tampoco los sevillistas se perdieran su futbol al quedar emparejado en la UEFA Champions League. Este sábado se han acabado esas carreras, y ahora comienza una nueva vida para Jesús Navas y para el Sevilla, aunque sus primeros minutos, en el banquillo, han sido entre un mar de lágrimas.