Frederic Kanouté inicio muchos caminos, de éxito en su mayoría, en el Sevilla, pero también introdujo, de manera leal y pública, su religión y sus costumbres en la historia reciente del club blanquirrojo. A pesar de que otros compañeros también cumplieron con el Ramadán en el Sánchez-Pizjuán (Biri-Biri profesaba la fe musulmana), el espigado delantero que llegó desde el Tottenham inició un camino... que se queda huérfano esta temporada.
Porque desde que Frederic Kanouté aterrizase en el Sevilla en la temporada 2005/06, casi todos los años ha contado el club de Nervión con al menos un futbolista en su plantilla que cumpliese con el Ramadán.
Sin ir más lejos, hace ahora un año, el Sevilla tenía en su plantel a Adnan Januzaj, Hannibal, Soumaré y En-Nesyri cumpliendo con su religión, situación que ha cambiado radicalmente este curso, donde el club hispalense no tiene a ningún futbolista cumpliendo el Ramadán.
El Ramadán en la élite futbolística ha pasado de ser novedad a un condicionante más para todos los clubes, que han preparado a sus cuerpos técnicos y nutricionistas para esta costumbre religiosa.
En el Sevilla todo cambió con la llegada de Frederic Kanouté. El exjugador sevillista, a diferencia de otros compañeros, cumplía con rigidez todo lo impuesto y en el club trabajaron en adecuar programas específicos de físico y alimentación para un futbolista que nunca bajó su rendimiento.
Tras el de Mali, por Sevilla pasaron futbolista que cumplieron el Ramadán como Boulahrouz, Keita, Koné, Konko, Zokora, Spahic, Babá, Kondogbia, Ben Yedder o, mucho más reciente, Munir y Bono.
El club cumplió con su trabajo, sus jugadores no bajaron el rendimiento y el camino que se inició con Frederic Kanouté ahora espera 'nuevo acompañante' de cara a las próximas temporadas.
Mira que están antiguos, todos saben que siendo católico, el viernes santo te comes en el desayuno una viena con zurrapa gorda y manteca colorá y con dejar un par de eurillos en el cepillo de la iglesia vas al cielo como el que desayunó un vaso de agua con limón.