Los puñetazos de Orjan Nyland que ejemplifican el drama actual del Sevilla

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El meta noruego cometió un grosero error en el inicio del encuentro
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Se liberó tras el tanto de Isaac Romero
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El recibimiento de Biris Norte al Sevilla antes de la 'final' ante el Leganés
Una película de terror. El Sevilla continúa sumergido en la pelea por el descenso a falta de cuatro jornadas para el final de temporada después de empatar este domingo ante el Leganés (2-2) en una cita en la que se pudieron ver imágenes tan tristes como dolorosas, tan crueles como ejemplificadoras del drama actual en el que vive el equipo de Joaquín Caparrós: Orjan Nyland y unos puñetazos de alegría... que acabaron en frustración.
Llegaba el Sevilla al Sánchez-Pizjuán empujado por una afición envidiable. El ambiente en el estadio situado en Nervión era el de un estadio que ha visto a su equipo ganar siete veces la Europa League, pero en el césped no parecieron entenderlo.
Apenas pasaban siete minutos cuando Orjan Nyland había cometido el primer -de muchos que se cometieron- error grosero sobre el verde. Falta relativamente fácil de Munir que el noruego era incapaz de detener. Ya iban perdiendo.
Le tocaría remar al Sevilla, que conseguiría incluso remontar gracias a los goles de Kike Salas e Isaac Romero, y fue justo después del tanto del de Lebrija cuando Orjan Nyland celebró un 2-1 momentáneo como si se tratase de un tanto que aportaba un título.

De rodillas en el suelo, tapándose el rostro y con posibles lágrimas en sus ojos, Orjan Nyland se liberaba sabedor de que su error podría haberle costado carísimo al equipo.
La alegría, todo sea dicho, apenas duró unos minutos, ya que ni él ni su defensa fue capaz de despejar un centro del Leganés en el 73' que, posteriormente, se acabaría en el definitivo 2-2.
El Sevilla se queda a seis puntos del descenso a falta de 12 por disputar. Muchos creerían que el margen es suficiente, pero la realidad es que el drama en el Sevilla es total.