El 'caso Luis Suárez' y las mil y una diferencias con el viaje relámpago de Davor Suker para salvar al Sevilla

El fútbol español se ha visto sacudido en los últimos días por un suceso que, no por esperado, ha dejado de resultar bastante surrealista a los ojos de casi todos los aficionados. En especial para los de la UD Almería, que han visto cómo se han tenido que jugar la semifinal del play off por el ascenso a LALIGA EA Sports ante el Real Oviedo sin su gran estrella, Luis Suárez, que se marchó convocado por Colombia. El cafetero no ha jugado minuto alguno con su selección en los partidos de la clasificación sudamericana para el Mundial, y aunque se especuló con un posible regreso exprés para estar en el Carlos Tartiere este mismo miércoles, finalmente no será así, la ‘Operación Cóndor’ no se ha activado y solo podrá volver a jugar si su equipo elimina a los asturianos, ya en la final por el ascenso.

Esta tesitura viene a recordar uno de los grandes momentos de una de las estrellas contemporáneas del Sevilla FC. Se trata de Davor Suker, en una época en la que las selecciones ‘robaban’ jugadores mientras los clubes se jugaban la vida como norma habitual, hasta que se impuso la unificación de calendarios.

Fue en mayo de 1996, el delantero ya había sido vendido al Real Madrid e incluso se había despedido del Sánchez-Pizjuán antes de marcharse concentrado con Croacia para preparar la Eurocopa que se jugaría ese verano en Inglaterra.

📅 #TalDíaComoHoy hace 2️⃣5️⃣ años, Davor Šuker nos regalaba este triplete 🆚 UD Salamanca para alejar al #SevillaFC del descenso ⚪🔴

¡𝐐𝐮𝐞́ 𝐛𝐮𝐞𝐧𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐬𝐭𝐞! 🇭🇷❤️#WeareSevilla #NuncaTeRindas pic.twitter.com/25qh9KJLta

— Sevilla Fútbol Club (@SevillaFC) May 25, 2021

Los vuelos relámpagos de Davor Suker

Se había concretado su salida y ya no iba a vestir más la camiseta nervionense, pero dejó una puerta entreabierta a volver a la capital hispalense si el equipo le necesitaba. Dicho y hecho, Davor Suker, vestido con las prendas de su selección, tomó un vuelo privado para concentrarse con el equipo entonces de Víctor Espárrago en la víspera del duelo ante el Salamanca, de la última jornada. El día del partido marcó tres goles, salió a hombros del estadio de Nervión, se enfundó el chándal de la selección de Croacia y emprendió el viaje de regreso para volver con su selección, con la que acabó llegando a cuartos de final para perder ante una Alemania que fue campeona.

Suker marcó tres goles en esa Eurocopa, una cita que jugó con la ilusión de lo que le venía con el Real Madrid y el orgullo de haber cumplido su palabra y haber ayudado al Sevilla a conseguir la permanencia, en un viaje exprés que el sevillismo nunca jamás olvidará.