... Y el Sevilla encontró su identidad

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Matías Almeyda ha sabido entender lo que necesitaba el Sevilla... y su gente
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El Sevilla vuelve a ser el rey del contragolpe
Se cumplen, justo este viernes, dos años desde el anuncio de la llegada de Diego Alonso al Sevilla y, aunque es mucho menos importante, dos años de la publicación de un artículo del mismo que firma éste titulado 'Se busca identidad'. En el mismo se explicaba la falta de pertenencia existente entre lo del césped y la grada, entre el equipo y su gente; la falta de concordancia entre el Sevilla de los éxitos y el que, por entonces, iba a dirigir el entrenador uruguayo. Dos años después, y tras un triunfo que ha borrado cualquier tipo de dudas, podríamos arriesgarnos a afirmarlo: en Nervión encontraron su identidad.
Porque recuerden, aunque la historia ahora es positiva, el primer nombre que estuvo sobre la mesa, y que tuvo muchas opciones en el Sevilla, fue el de Imanol. El ex de la Real Sociedad tuvo serias, muy serias, opciones de coger el banquillo del Sánchez-Pizjuán y el run run en Nervión apuntaba siempre al mismo sitio: "No es entrenador para este equipo", decían.

Llegó, ante la sorpresa de casi todos, Matías Almeyda. Apuesta a bajo coste y arriesgadísima de Antonio Cordón. Apuesta que, además, daba pánico viendo el mercado de fichajes y apuesta que, ahora es muy fácil decirlo, parece haber sido acertada.
Matías Almeyda y la identidad del Sevilla
Porque son muchas, muchísimas, las cosas positivas que ha puesto sobre la mesa Matías Almeyda en estos pocos meses, pero posiblemente la más destacada ha sido su capacidad para entender lo que necesitaba este equipo.
Contar con un director deportivo que acierte, evidente, era necesario, pero el argentino ha sabido, con lo que tenía -con lo poco que tiene- adaptar su idea, su estilo y su manera de entender el fútbol a lo que podían dar los suyos... y a lo que pedía la grada.
El Sánchez-Pizjuán, ahora sí, se reconoce con su equipo. El Sánchez-Pizjuán, ahora sí, vibra con su equipo. El Sánchez-Pizjuán, ahora sí, canta, salta y anima al mismo ritmo que su equipo.
Parecía difícil, por momentos casi imposible, pero parece, solo parece, que este Sevilla sí ha recuperado la identidad. Este Sevilla sí se parece al Sevilla que un día se aplaudió y reconoció por toda Europa.