Los asesores del Consejo piden un cambio para no dimitir

Según adelantó la Cadena Ser, Iñaki Eraña y Fernando Losada han pedido un cambio inmediato al vicepresidente Javier Fernández para continuar formando parte del órgano de gobierno del Sporting de Gijón. Ambos no quieren que continúe Alfredo García Amado o al menos que este no siga gestionando las finanzas rojiblancas. 

La división del Consejo es cada vez más notable y ya casi insoportable. Fernando Losada e Iñaki Eraña no han visto cumplidas las promesas de cambio por las que aceptaron entrar dentro del club como asesores, lo que ha derivado en un ultimátum a Javier Fernández. Ambos piden reducir las responsabilidades del director general García Amado, quien lleva gestionando los asuntos más importantes del club desde su llegada en 1997 en sustitución de Herminio Menéndez. 
Tanto Losada como Eraña, con anterioridad, ya habían manifestado su descontento con el rol y estatus de García Amado, e incluso el propio Losada reconoció hace ya tres meses que entendía el malestar de la afición ante el incumplimiento del cambio de gestión anunciado y 'formalizado' tras el nombramiento de los nuevos consejeros en la Junta de 2012. Entonces, el día de la marcha Liberad al Sporting, Losada fue más allá y puso un plazo de dos meses para su marcha si las gestiones para la venta de las acciones de José Fernández no fructificaban. Un periodo, por otra parte, que ya ha expirado. 
Ante esta situación los asesores externos aprietan al vicepresidente del club para relegar a García Amado a un segundo plano, o de lo contrario amenazan con dejar el órgano de gestión rojiblanco. En ese sentido Iñaki Eraña no estuvo presente en la última reunión del Consejo de hace dos días, en la que los gestores retomaron la actividad después de un periodo sin verse como consecuencia de lo que parecía la inminente venta del club al fondo de inversión inglés.
Paralizada la compraventa de las acciones de José Fernández, los directivos han retomado su trabajo, aunque con una división interna evidente que puede derivar en la salida de los asesores externos. Así, el hijo del máximo accionista y también vicepresidente rojiblanco deberá decidir si atiende las peticiones de sus asesores o por el contrario continúa confiando en García Amado. En tal caso el Consejo corre el riesgo de quedarse prácticamente desierto.