Victoria de Guerreros
Probablemente el encuentro ante el Alavés haya sido uno de los peores partidos que jugó el Sporting de Gijón desde que Abelardo cogió las riendas del equipo. La primera media hora fue de claro dominio rojiblanco, pero con el paso de los minutos el Alavés se comenzó a sentir cómodo en el terreno de juego y eso dificultó las tareas de los atacantes sportinguistas.
En toda la primera parte tan solo se vieron dos disparos entre los tres palos. Un remate lejano para los vitorianos y una jugada que cerca estuvo de acabar en gol en la que Carmona encontró el balón en el área y Goitia despejó el peligro como pudo.
Al equipo se le nota cansado y es normal. Ya son 34 jornadas las que los hombres de Abelardo llevan acumuladas en sus piernas. El técnico tiene que empezar a realizar rotaciones porque las lesiones están tirando la puerta abajo de la enfermería rojiblanca. Un claro ejemplo ha sido Lora, el lateral tuvo que dejar el encuentro porque no pudo más. Una entrada a su tobillo dañado terminó por enviar al futbolista al vestuario antes de tiempo. El del capitán es un claro ejemplo de que los futbolistas del Sporting de Gijón se asemejan más a guerreros que a deportistas que juegan a la pelota.
La grada lo sabe y la ovación final fue un ejemplo de agradecimiento por todo lo que está haciendo un grupo de amigos que nunca olvidarán la presente campaña porque están viviendo un sueño a pesar de todas las pesadillas que han tenido que superar.
La victoria era de vital importancia porque tocaba sumar tres puntos para no perder el tren del ascenso directo. Aunque nadie quiera meter presión, cualquier competición temina añadiendo ese toque especial a los últimos partidos porque en una liga tan igualada la recta final será determinante.
Queda una jornada menos y uno solo puede quitarse el sombrero ante hazañas como la vivida en El Molinón. Los guerreros dan la cara y pelean hasta el último instante. Hoy la batalla tuvo su premio y la guerra está muy cerca de ganarse.