Al descubierto
El Sporting fue arrollado por el Real Madrid en el El Santiago Bernabéu. Los de Abelardo carecieron de alma y ofrecieron un cheque en blanco a su rival. En el minuto 11 ya había encajado tres goles.
Sergio Álvarez y Guerrero fueron las apuestas de Abelardo en la alineación. El problema, sin embargo, no fue de nombres, sino de convicción. Los rojiblancos se comportaron como un equipo juvenil. Tanto tácticamente como de espíritu. En el primer gol no tanto, simplemente fue un error de Cuéllar en su salida. Bale, en un saque de esquina, se adelantó a Sergio para rematar a placer. Minuto 6 y el Sporting ya estaba roto.
Sobre todo porque acto seguido el Madrid hizo otros dos. Sentenció y metió el miedo de un resultado de récord con dos centros desde la derecha muy mal defendidos. Ronaldo hizo el 2-0 y Benzema puso en evidencia la inocencia rojiblanca en el tercero. Corría junto a tres defensas del Sporting, dio un paso atrás y se quedó solo. No se puede defender sólo mirando al balón.
Con el partido sentenciado la cosa pudo ser peor. El Madrid hizo otros dos tantos antes del descanso, en medio del abatimiento gijonés. El Sporting hizo su primera falta en el minuto 26. Imposible así de blando.
En la reanudación, Abelardo reservó a Halilovic, dando entrada a Dani Ndi. Y el equipo mejoró, o más bien se frenó el Madrid, perdiendo a Bale y Benzema por lesión. En una de sus pocas galopadas, aunque al menos lo intentó, Jony asistió a Isma López, que a la primera definió ante Navas. Sirvió de efecto maquillaje y de nada más. Como el resto de la segunda parte porque el partido ya se había acabado en los primeros 11 minutos.
No todos los blancos terminaron contentos. A Ronaldo no le valió con sus dos goles y pagó su 'frustración' con Nacho Cases. Debió ser expulsado pero el colegiado debió quedarse asombrado con el bajón de los hombres de Abelardo. Muy tocados, con la mirada por los suelos y sin comunicación entre ellos. Y el viernes llega la primera final. La Real Sociedad, en El Molinón.