El reencuentro de dos amigos para siempre
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Málaga y Sporting volverán a enfrentarse en Primera tres años después. Se reencontrarán viejos amigos y volverá a latir la amistad de dos modestos que unieron sus caminos en 2008 cuando los dos ascendieron de la mano a Primera. Eso unió y marcó. Aunque el último recuerdo del cuadro rojiblanco de La Rosaleda no sea muy bueno, ya que allí certificó su último descenso a Segunda División.
Los aficionados rojiblancos estaban hundidos, mientras que los malaguistas solo tenían motivos para sonreír ya que su equipo se había clasificado para jugar la Champions League. Pero los asistentes al encuentro dejaron de lado el sueño europeo para apoyar a sus hermanos asturianos. Ahora, el Sporting ha vuelto a la élite del fútbol nacional y este viernes (20.30 horas) se enfrentan de nuevo en el feudo blanquiazul.
El inicio del cariño recíproco que ambos clubes, equipos y aficiones se tienen surgió cuando los dos ascendieron de la mano a Primera en la temporada 2007/2008, una campaña larga y que se definió en la última jornada. El Málaga y el Sporting ganaron al Tenerife y al Eibar y empataron a 72 puntos para subir como segundo y tercero, respectivamente. Fue un viaje conjunto y con guiños comunes contra el otro aspirante, la Real Sociedad. El Sporting sumaba diez años consecutivos en Segunda, mientras que el Málaga solo estuvo dos en el infierno antes de volver.
Los lazos de entonces estaban también en los banquillos, jugadores y cuerpo técnico. Muñiz, entonces preparador blanquiazul, se había hecho hombre en el Sporting, que entrenaba un tipo querido en el malaguismo como Manolo Preciado, fallecido hace tres años y cuya estatua inmortaliza una actitud muy característica suya en los exteriores de El Molinón. En el Málaga hay embajadores asturianos como el masajista Marcelino Torrontegui, con estrecha relación con el Sporting y con Quini, por citar un ejemplo.
Los dos subieron de la mano en 2008, tres más tarde el Málaga consiguió la salvación virtual ante el Sporting en Martiricos (2-0, año de Baptista), pero al siguiente el Sporting la soltó. Azaroso destino, que quiso que fuera nuevamente en La Rosaleda y en el partido en el que el equipo blanquiazul solventó su histórica entrada en la Champions ganando 1-0 y mandando a Segunda a su amigo. Fue entonces cuando de nuevo las sinergias entre ambos bandos florecieron.
Antes, durante y, sobre todo, después de aquel partido, los aficionados malaguistas les prestaron su hombro a los gijoneses con aplausos y vítores de ánimo. “¡Sporting es de Primera! ¡El año que viene, volvéis a ascender!”, se escuchó aquella noche de contrastes (en el vídeo superior). Y volvieron. Y este viernes se reencuentran otra vez. Será bonito.