El paseo hacia el infierno
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Cuéllar: "Había que ganar sí o sí sin miras a las formas"
El resultado del encuentro que disputó el Sporting de Gijón ante el Eibar es más que engañoso. Cualquiera que no haya visto el partido se imaginará un choque en el que los rojiblancos manejaron los tiempos y consiguieron una victoria relativamente cómoda, pero de eso nada. Los corazones de los 26.000 espectadores que acudieron a El Molinón se bloquearon con un disparo de Sergi Enrich, la jugada terminó bien para los sportinguistas, pero el sufrimiento de aquellos eternos segundos es imborrable.
El delantero del Eibar enfoca la portería del Sporting desde la frontal del área y golpea el esférico buscando lado izquierdo de Cuéllar. Según sale el balón de sus botas, con el 1-0 en el luminoso, El Molinón se paraliza. El guardameta rojiblanco es capaz de tocar la pelota, pero aún quedaba lo peor por llegar.
El sonido del palo se hizo protagonista del encuentro y todo el sportinguismo solo esperaba la trayectoria del balón. Para desgracia de la parroquia rojiblanca, la pelota tocó la madera y salió camino del gol. Estamos hablando de segundos, un espacio muy corto de tiempo, pero que en este tipo de acciones acaban siendo eternos.
Aún nadie se ha explicado cómo la jugada no terminó en gol porque el coqueteo que tuvo el esférico con la línea de gol fue de alto voltaje. El paseo de un lado de la portería al otro sin que nadie pudiera hacer nada para despejar el peligro quedará en el recuerdo. Cuéllar aseguró que se le paró el corazón y que cuando se dio la vuelta se dio cuenta que la dichosa 'pelotita' quería ponerle más emoción al partido. De haber terminado dentro de la portería, el Sporting tendría un pie y medio en Segunda División.
"Se ha parado mi corazón. Es un balón complicado, veo la pelota y se va abriendo y yo rezo por llegar y la toco. Escucho el palo y estoy rezando porque no entre. Escucho el aliento de la afición como que se paraliza el campo y entiendo que está viva. Cuando me doy la vuelta la veo que está jugando con nuestro corazón y menos mal que ha salido", recordó el guardameta.
Que nadie se atreva a hablar de sufrimiento al Sporting porque los corazones de los que sienten estos colores están hechos para momentos como el vivido ayer. Y aún quedan dos jornadas más.