El calamitoso arbitraje de Gil Manzano desquicia al Sporting

A perro flaco todo son pulgas debe pensar la plantilla, el cuerpo técnico y los aficionados del Sporting. El conjunto rojiblanco se vio penalizado en varias ocasiones por la actuación arbitral de Gil Manzano, que influyó claramente en el marcador final e impidió que los hombres de Rubi se llevaran un premio mayor de su visita a El Sadar. 

La acción que más perjudicó al conjunto gijonés sin duda fue un gol anulado a Burgui. El extremeño batió a Sirigu, pero el asistente señaló que estaba adelantado, por lo que la jugada quedó anulada. El fallo tuvo más incidencia cuando en la siguiente acción, Osasuna se adelantó en el marcador. 
Burgui fue el protagonista también en otra acción en la que Gil Manzano perjudicó al conjunto rojiblanco. El jugador cedido por el Madrid ganó la espalda a la defensa rojilla, aguantó la carrera a su par y cuando se disponía a finalizar, fue derribado dentro del área por Oier sin que el colegiado viera infracción pese a las reiteradas protestas. En la primera parte, Duje Çop también tuvo una acción en la que fue agarrado por el propio Oier, que le impidió rematar y que tampoco fue sancionada. Fausto Tienza también pudo ser expulsado, ya que con cartulina amarilla hizo una falta dura y a los pocos minutos fue sustituido, al ver Vasiljevic que podría ser expulsado.
Los méritos deportivos son los que han llevado al Sporting a la situación en la que está, pero arbitrajes como el de hoy tampoco ayudan. Gil Manzano penalizó el exceso al conjunto rojiblanco, que no fue capaz de vencer al colista.