Tan blandos como limpios

El Sporting de Gijón, algo poco habitual en las últimas temporadas, encabeza la clasificación del premio al Juego Limpio, tras las veinticinco jornadas disputadas de LaLiga 1,2,3. En un momento del campeonato en el que se está poniendo en duda la intensidad y la actitud con la que afrontaron los futbolistas rojiblancos el derbi asturiano, este dato podría ser reflejo de un síntoma del fútbol que propone el equipo.

Poner en duda el compromiso, la disposición o la entrega de los futbolistas tras un par de resultados contrarios a las expectativas creadas suele ser un recurso común a la hora de intentar encontrar explicaciones a los marcadores adversos. Intentar refrendar unas sensaciones con fríos números no es más que un ejercicio de análisis que no siempre consigue aclarar las dudas pero si puede ayudar a hacerlo.
Los colegiados han mostrado 43 tarjetas amarillas y 1 roja a los jugadores sportinguistas. No hay conjunto en toda la categoría con menor número de amonestaciones. De media no se alcanzan ni dos cartulinas por encuentro disputado. La ausencia del central italiano Barba en la próxima jornada liguera será la segunda por cumplir ciclo, tras la de Jordi Calavera.
Surgen varias explicaciones, más allá de que los jugadores rojiblancos son muy deportivos y limpios en su discurrir sobre el césped, quizás que a cada acción de lucha y disputa no se está llegando con opciones reales de pelear el esférico, que los balones divididos son para los contrarios sin opción de llegar al choque o que la agresividad, bien entendida, no se manifiesta de la manera necesaria sobre el terreno de juego, o simplemente refleje las palabras del técnico, que este Sporting no es un equipo físico, que rehuye el cuerpo a cuerpo y que no está cómodo en la lucha, que son tan blandos como limpios.