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Se reconcilia en la Copa

Pelayo Morilla, celebrando su gol ante el Numancia. (Foto: Luis Manso)
Pablo Guisasola

El Sporting de Gijón ha superado al Numancia en la eliminatoria a partido único de la Copa del Rey. Un tanto en propia puerta de los locales y otro de Morilla, con la colaboración de Grego, fueron suficientes para que los de Baraja estén presentes en el sorteo de este viernes.

Hasta siete novedades introdujo Rubén Baraja en la formación titular. Las más destacadas las de Peybernes, para su debut, y la del juvenil Pelayo Morilla. El Sporting presentó, en cualquier caso, una alineación competitiva, con tres mediocentros de mucho equilibrio como Salvador, Cofie y Hernán Santana.

Por eso, en gran parte, al conjunto rojiblanco le costó al inicio la circulación de balón. Empezó cómodo en defensa aunque poco a poco el Numancia, también con muchas caras nuevas, fue ganando terreno. Sobre todo con varios saques de esquina que Higinio remató sin acierto.

Sin embargo, la primera ocasión fue del Sporting. De Álvaro Jiménez, tras robo de Hernán, con un buen disparo cruzado que despejó el meta rival. Acto seguido respondió el Numancia, y de qué forma. Juan Rodríguez, sobre la línea de gol, evitó un tanto cantado de Viguera en el minuto 20.

El exrojiblanco perdonó el 1-0 y, casi sin querer, llegó el 0-1 en el 26'. Morilla forzó una falta, dejando de paso en evidencia su talento, y en la ejecución de Hernán el balón fue prolongado por Higinio directamente a su portería.

Esta era la buena noche de Morilla y la mala del Numancia. El juvenil, apenas unos minutos después, fue de nuevo protagonista. Morilla, de falta, disparó a portería y Grego despejó lo justo contra sus propios intereses. 0-2 cumplida la primera media hora. Y poco más hasta el descanso. Resultado inmejorable.

Tras el paso por los vestuarios, el conjunto de López Garai salió decidido a por la remontada. El estímulo lo obtuvo pronto, se despistó la zaga gijonesa y Marcos Isla cabeceó el pase de Viguera para batir a Mariño en el 52'.

Una reacción local que se pudo quedar en nada si Campos no hubiese impedido el 1-3 de Morilla en el 56'. Se estiró para evitarlo, como el Numancia tras los cambios de López Garai. Mientras, Baraja apostó por Nacho Méndez y Pedro Díaz por Hernán y Cofie, respectivamente. Por último, ya en la recta final, Pablo Pérez entró por Morilla, quien brilló hasta en su última acción.

Le tocó sufrir al Sporting. No tanto como en La Coruña, y con desenlace feliz. Así, la Copa sirvió como reconcilio, como motivo para apostar por la juventud si merece la pena. También para reafirmar la necesidad de mejora que evidencia este equipo. Con victorias siempre se crece mucho mejor.

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