Detalles de inquietud
El Sporting tiene este lunes su día de descanso antes de empezar a preparar el siguiente partido de la Liga 1|2|3 el sábado ante Las Palmas en El Molinón. Para el vestuario y cuerpo técnico supone una oportunidad para, en frío, reflexionar sobre el mal momento en el que está inmerso el conjunto gijonés.
La sesión del domingo, tras la derrota frente a Osasuna, dejó evidentes detalles de la preocupación que existe entre los jugadores, Baraja y sus ayudantes. Para empezar, hubo charla y, al término de la misma, la salida de los vestuarios hacia el campo de entrenamiento fue significativa. La sesión transcurrió en el campo número 5, ubicado abajo a la derecha del edificio de los vestuarios. Sin embargo, en el día de ayer y de manera excepcional, la plantilla se dirigió al lugar de entrenamiento por el camino más largo, por la rampa más cercana al campo número 1 y más alejada de la entrada a Mareo. A la vuelta, eso sí, los futbolistas regresaron por la zona frecuente, cuando los seguidores ya se encontraban en el campo número 1 aguardando el inicio del partido del filial.
Además, sobre el terreno de juego, en los primeros minutos, el cuerpo técnico escenificó la inquietud del momento. Baraja charló con sus ayudantes y entre estos fueron constantes los aspavientos de incredulidad de su segundo José Ramón Rodríguez.
En la misma línea, los jugadores del Sporting comienzan a dudar de la productividad del sistema empleado. Dan la sensación de no sentirse cómodos, incapaces para jugar con el balón, sin ideas para generar ocasiones y constantemente expuestos a resistir las llegadas de su rival. "Si no hubiese sido en ese momento nos hubiesen hecho el gol en cualquier otra jugada", dijo Nacho Méndez tras el 1-0 en Pamplona. Baraja, por su parte, reiteró los problemas de sus jugadores para interpretar determinados momentos del encuentro.
