El derbi del miedo
El Real Oviedo–Sporting de Gijón ya está aquí. El partido que para el Principado y que todo el mundo busca en verano, cuando el mono de fútbol invade los hogares y una mañana calurosa se publica el calendario dando una bocanada de novedad.
Esta temporada, la UEFA Nations League echa un capote de cara al panorama nacional. El derbi asturiano, que siempre que llega amplifica la actualidad, en esta ocasión se hará más importante todavía, al no haber jornada de Primera y al no jugar tampoco la selección española este sábado. A las 20.45 horas, el Carlos Tartiere será el centro de las miradas del fútbol nacional.
El derbi llega marcado por la mala situación de ambos equipos. Aparte de lo deportivo, lo emocional también llega en horas bajas, después de un flojo arranque tanto del Oviedo como del Sporting. Esa situación atañe también a los banquillos. Juan Antonio Anquela y Rubén Baraja atraviesan su peor momento al frente de sus respectivos equipos, aunque el andaluz tiene algo más de crédito que su compañero de profesión, que podría caer en caso de no conseguir la victoria.
¿Qué se espera del derbi?
Todos estos condicionantes hacen que el partido apunte a ser bronco, tosco y marcado por las reservas que puedan guardarse ambos equipos. Pero ya se sabe que en esto del fútbol los guiones pueden cambiar en un instante y más en un encuentro de estas magnitudes. Pese a que desde ambos bandos se ponga como ejemplo lo sucedido la temporada pasada, cuando las dinámicas posteriores no fueron acordes al resultado conseguido; da la impresión de que en este caso el vencedor y el derrotado sí que saldrían reforzados y muy tocados respectivamente. Aunque quien sabe, el empate también podría darse y seguir los dos de la mano ahogando sus penas.
En el Oviedo todos los focos apuntan a Saúl Berjón. El jugador asturiano ha sido la principal incógnita a lo largo de toda la semana y Anquela lo ha incluido en la citación, al igual que a Steven, para mantener la duda hasta última hora. Algo parecido pasa con Roberto Canella en el Sporting. Ambos entrenadores manejan los tiempos hasta última hora, pero ambos jugadores apuntan al once.
Un once que en el caso del conjunto carbayón tendrá novedades. Obligadas en defensa, ya que Carlos Hernández ha caído lesionado y Juan Forlín ocuparía su sitio en el central derecho escoltando a Yoel Bárcenas. Christian Fernández ejercería de central libre y Oswaldo Alanís de central izquierdo, dejando para Mossa todo el carril zurdo. En el ataque, Saúl volvería al extremo zurdo y Toché podría entrar en el lugar de Ibra.
Rubén Baraja, salvo modificación de última hora, presentará un once con dos novedades respecto a la última jornada. El regreso al lateral zurdo del capitán, Roberto Canella y la inclusión del delantero Neftali Manzambi en la punta del ataque, buscando desarbolar la línea defensiva carbayona.
Ambiente enrarecido
El ambiente no será el mismo que en los derbis del año pasado. Ambas aficiones se han visto contagiadas por las dinámicas de sus equipos y ni unos ni otros han agotado las entradas que tenían a su disposición; de acompañante en el caso del cuadro azul. El Carlos Tartiere no estará lleno, pero presentará no obstante un gran ambiente, con en torno a 25.000 aficionados.
Un Tartiere que estará bajo lupa por el fútbol nacional y en el que Oviedo y Sporting intentarán dejar al Principado en buen lugar. Con dinámicas parecidas, en situaciones similares, el derbi llega como el partido idóneo para cambiar las tornas. Un partido en el que ambos equipos y ambos banquillos se juegan mucho. Un derbi con mucho respeto y con muchos miedos.