Los refuerzos del Sporting pierden protagonismo. En la composición del once que afrontó el trascendental compromiso frente a Las Palmas, llama poderosamente la atención la mayoría de jugadores que ya estaban en cursos pasados en las filas rojiblancas frente a los que llegaron en verano. Así, tan solo uno de los fichajes estivales fue titular: André Geraldes. Un dato condicionado por las bajas, pero más aún por los 'famosos' rendimientos. El mercado de verano para el olvido.
Hasta diez fueron las incorporaciones rojiblancas en un nuevo verano de ilusión consumista. La dirección deportiva conformaba un equipo remozado en busca del salto de calidad y del rendimiento inmediato. Seis meses después, en el momento más delicado del curso, los fichajes brillan por su ausencia. Los condicionantes, en forma de lesión o sanción, también restan, pero no impiden el análisis.
El conjunto sportinguista saltó al terreno de juego del Estadio de Gran Canaria con André Geraldes, sin discusión la contratación que está dando un rendimiento más regular, llevando la bandera de los fichajes estivales. Entre los 18 componentes de la expedición a las islas, únicamente le acompañaban tres refuerzos veraniegos más. Francisco Molinero, André Sousa y Robin Lod esperaban su oportunidad en el banquillo, y sólo el finlandés sumó minutos de juego. Hasta ahí llegaba la representación del zoco en el estío.
Con el serbio Uros Djurdjevic obligado al descanso por sanción. Convaleciente el francés Peybernes, más el duo Isaac Cofie - Nick Blackman aquejados de sus sempiternas molestias. En Gijón se quedaron Álvaro Jiménez y Javi Noblejas, los dos únicos descartes del entrenador para la cita. Cuestión de rendimientos pero también de decisiones.
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