Todo personalidad
La actitud no se le discute. Uros Djurdjevic es todo personalidad. El delantero del Sporting de Gijón volvió a dejar muestras de su temperamento sobre el verde de La Rosaleda. El serbio, con la cuenta pendiente de la pasada jornada entre ceja y ceja, volvió a tomar la responsabilidad de cobrar la pena máxima con la que puso fin a sus seis encuentros sin anotar.
Sangre balcánica y volcánica. Todo lucha, todo carácter. Uros Djurdjevic vive los encuentros como una batalla sin fin, contra las defensas contrarias y contra él mismo. Pese a volver a encontrar el camino hacia el gol, en el momento en el que José Alberto decidió su sustitución, reapareció su lado más inconformista.
No se arruga, no se conforma, no hay relajación. Ya había marrado dos penaltis esta campaña, el último la pasada semana en el derbi, pero no le tembló el pulso. Pidió el esférico y repitió ejecución para, esta vez sí, superar al meta y celebrar con rabia.
Esa rabia presente en su mirada los 90 minutos de juego. En una contra, Iván Alejo le tuvo que agarrar de la camiseta cuando se iba directo hacia el área contraria. Al ser derribado, entre protestas dejaba una patada al aire repleta de enojo. No fueron sus únicas patadas de carácter y frustración.
A los 60 minutos de juego, José Alberto López decidía dar entrada a Pablo Pérez por el serbio. Djurdjevic abandonaba el terreno de juego a disgusto, enrabietado, el banquillo visitante de La Rosaleda recibía a patadas una muestra más de su personalidad.