Otro despiste atrás socava la reacción del Sporting
El Real Sporting de Gijón tenía ante sí una misión importantísima: romper, de una vez, la malísima racha de resultados en LaLiga SmartBank que llevaba a las espaldas. Siete derrotas en los últimos ocho partidos, y unas sensaciones nefastas en los últimos tres duelos. Delante le esperaba el Fuenlabrada, otro equipo que aglutinaba malos resultados y que tenía aún más necesidad que el cuadro rojiblanco. Con David Gallego muy cuestionado, el duelo se antojaba como una final en El Molinón. Y a buen seguro que así se afrontó.
Se dejó Gallego de inventos para el once, y volvió al 4-2-3-1 que lleva alineando nada menos que año y medio. Tras el estrepitoso fracaso del sistema de tres centrales, volvió a lo que mejor conocen tanto él como sus jugadores. Y el guion de partido fue claro: aglutinar el balón, controlar el partido y tratar de no precipitarse. Los primeros minutos, además, tuvieron una consigna clara: buscar la espalda de la línea defensiva del conjunto fuenlabreño con pases al espacio. Que Berto, Aitor, el Puma y hasta Villalba tirasen desmarques de ruptura detrás de los centrales rivales.
Precisamente de uno de ellos nació el primer gol del partido. Aitor García le cogió la espalda a Marrero y recogió el pase filtrado al espacio. Con un toquecito sutil logró definir ante la salida de Altube. Incluso pudo llegar el segundo, hasta en dos ocasiones. La primera, por medio de un disparo del Puma Rodríguez que sacó Altube a córner. Y la segunda, por medio de un gol de Berto que anuló el linier por fuera de juego previo de Fran Villalba.
Un fallo atrás deja al Sporting sin triunfo ante el Fuenlabrada:
Ya en la segunda parte, el Sporting trató de mantener el guion. Sin embargo, en un nuevo despiste defensivo en un córner llegó el tanto del empate, obra de Damián Cáceres de cabeza. Ni Babin, ni Berto le siguieron y remató sin oposición tras la peinada de Sotillos.
Eso sí, con el paso de los minutos, al Sporting se le empezó a notar el nerviosismo. Fruto de la frustración, Aitor García recibió una tarjeta amarilla por lanzar la bota contra el suelo tras recibir una falta. Segundos después, se iba al suelo y pedía el cambio por las molestias tras dicha falta.
Un nuevo error en defensa que deja a medias la reacción y las buenas sensaciones del Sporting ante el Fuenlabrada. Y una nueva semana de estrés, de trabajo entre dudas y de no salir del todo de la mala dinámica.