Cinco minutos de vendaval no maquillan otra derrota de un lamentable Sporting

El Sporting de Gijón volvió a caer en un tortuoso e indecente partido frente al Ibiza, correspondiente a la jornada 38 de LaLiga SmartBank. Hay muchos adjetivos para calificar el partido realizado por el equipo de José Luis Martí. Muchos ya los hemos utilizado a lo largo de las pasadas semanas, especialmente desde la llegada del mallorquín. Hoy, de este modo, lo calificaremos de insuficiente. Pero no insuficiente para competir de poder a poder, sino insuficiente para permanecer esta categoría. El cuadro rojiblanco no compitió en ningún momento y se llevó un auténtico repaso del conjunto balear.

El encuentro fue, de principio a fin, un monólogo del Ibiza en El Molinón. Los de Paco Jémez movían el balón de lado a lado ante la total y absoluta falta de intensidad de los jugadores rojiblancos, que únicamente se dedicaron a seguir con la mirada la pelota. Cuando saltaban a la presión, lo hacían tarde, mal y desorganizado. Además, el poco rato que tuvo el Sporting la pelota le faltó en todo momento profundidad y precisión. Solo Pedro Díaz, que trató de dejar un poco de amor propio sobre el césped gijonés, y el Puma Rodríguez por insistencia y físico más que por acierto, lograron que la pelota merodeara las inmediaciones del área ibicenca.

Sin embargo, los baleares apretaron mucho más. Tanto que se pusieron por delante gracias a un cabezazo incontestable de Ekain, anticipando a Berrocal para rematar un centro de Cifuentes con plena comodidad y una inexistente oposición. Tan solo el Puma, con una cabalgada y posterior disparo con pierna izquierda, y un disparo desde la frontal de Pedro Díaz buscando la escuadra, llevaron algo de peligro a un inédito Germán Parreño. Y encima Pablo Pérez se autoexpulsó en cinco minutos, del 40 al 45 de la primera mitad, con dos jugadas inexplicables. Rigurosa la segunda, sí, pero no puedes saltar con el codo abierto teniendo una amarilla.

Total ausencia de argumentos para empatar al Ibiza

Ya en la segunda parte, con diez, Martí dio entrada a Guille Rosas, que lo intentó doblando por fuera, pero poco pudo hacer. También entraron Gaspar Campos y Eric Ramírez. Con los cambios, Djuka empezó a participar algo más y el Sporting encontró un conato de peligro. De hecho, el venezolano llegó a anotar un gol a centro de Kravets, pero el árbitro lo anuló por fuera de juego. Pedro Díaz también lo intentó, mandando una falta directa al lateral de la red. Decenas de aficionados en El Molinón, de hecho, cantaron el gol, pero fue un efecto óptico desde un sector de la grada.

Con todo, el Sporting gozó de tres ocasiones reales de peligro en los últimos minutos, en las botas de Djuka, Jordi Calavera y Campuzano. Sea como fuere, el Ibiza se impuso con muy poquitas ocasiones, simplemente esperando. Es una de las victorias más baratas de un rival en El Molinón en los últimos tiempos, con un Sporting completamente a merced de su rival durante 70 minutos y sin ningún tipo de precisión, acierto o peligro en los momentos en los que atacó.