0-2. Jordan Carrillo (min. 27)
1-3, Aitor García (min. 90+4)
El Sporting supera la estación de Can Misses en su viacrucis por la salvación
Ahora que estamos en Semana Santa puede decirse, sin temor a equivocarse, que la temporada del Real Sporting está siendo un auténtico calvario. Y es que no hay partido en el que este equipo no sufra. Como Jesús en la Biblia, cargando con la cruz, no dejan de ocurrir desgracias en el camino. Pese a todo, los de Miguel Ángel Ramírez salieron fuertes al partido y lograron hacer una primera parte muy buena, logrando una ventaja por 0-2. No obstante, no hay triunfo sin sufrimiento ni viacrucis sin piedras en el camino.
Porque, si entramos en la primera parte, jugadores como Jonathan Varane o Juan Otero destacaron por encima del resto. El extremo colombiano anotó el primer gol, y el francés asistió a Jordan Carrillo para el segundo. Sin embargo, ya en la segunda, un error del Pichu Cuéllar en salida de balón propició el gol del Ibiza y el sufrimiento de la parroquia rojiblanca.
El Sporting vivió un auténtico calvario en la segunda parte
No fueron pocas las trabas en el camino hacia la victoria del Sporting. Una de ellas, el propio miedo del Sporting en la segunda mitad. Y es que el Ibiza seguía apretando y el propio Pichu, que ya salvó varias, se veía ante Ekain después de que Cali Izquierdoz cometiera un penalti sobre Cristian Herrera. Volvió a aparecer el portero rojiblanco, vestido de santo para encontrar el perdón divino tras su propia equivocación previa.
Estaba el día para Cristo, pero ni su entrada ni la de Víctor Campuzano dieron alas al Sporting para lograr desplegarse arriba, dejar de sufrir, marcar en una contra y matar el partido. Se quedó el Sporting con diez tras la expulsión (justa) de Diego Sánchez, y lo mismo sobre Cristo debió pensar Ramírez, que dejó en el campo al canario y sacó a 'Campu' para cerrar la defensa con el debutante Leonel Miguel.
Como aparición mariana, Aitor García percibió que el portero del Ibiza se fue al ataque y aprovechó para sentenciar el partido desde su propio campo. Eso fue en el 93, y hasta ese minuto el Sporting no pudo encontrar alivio.