El VAR mata la ilusión del Sporting

El VAR, ese instrumento que venía a acabar con las polémicas en el fútbol, echó un enorme jarro de agua fría al Sporting en uno de los partidos más serios desde que Miguel Ángel Ramírez está en el banquillo rojiblanco. Un fuera de juego milimétrico en una acción previa anuló el gol de Víctor Campuzano después de más de seis minutos de revisión. Para más inri, un fallo en la corriente obligó a parar el encuentro durante más de cinco minutos en el arranque de la segunda mitad.

Más allá de todo este esperpento, el Real Sporting hizo un partido muy muy serio. Dominó la posesión y, si bien le costó disparar a puerta -hasta el tiempo añadido, con un latigazo de Aitor García, no probaron a Sivera- y se resguardó en defensa cuando le tocaba.

Porque al equipo que dirige Luis García Plaza parece que le gusta ser dominado. Tiene una buena artillería, con futbolistas como Luis Rioja o Asier Villalibre contrastados en la máxima categoría y que necesitan poco para hacerte daño. El esquema de tres centrales que planteó el técnico canario, y que en las últimas jornadas parece dar muchos más réditos que en enero o febrero, ayudó a empapar aún más una pólvora que ya venía mojada.

El Sporting supo sufrir ante la pegada del Alavés

Porque el Alavés tuvo varias ocasiones, especialmente en una segunda mitad que comenzó con una doble acción de Tenaglia y Jason que Cote desbarató a base de veteranía. Después lo probaron Guridi, Toni Moya y Villalibre, sin éxito.

Aún así al Sporting se le vio cómodo, y supo aguantar su momento. Los cambios le dieron otro brío al equipo, especialmente Jordan Carrillo y Aitor García, que lo probó desde fuera del área. No se puede negar que el de Gibraleón tiene la portería entre ceja y ceja, algo que incluso es fruto de memes, pero que se agradece en este equipo.

Poco queda ya de ese Sporting frágil y timorato que perpetró partidos como el del Mirandés. Parece que Miguel Ángel Ramírez ha conseguido dar con la tecla, que ya tiene un importante núcleo de futbolistas sobre los que edificar su proyecto de cara a la temporada que viene. Y lo mejor es que todavía le quedan unos cuántos partidos más para seguir creciendo y madurando esta idea. Este es el camino a seguir, más allá de lo que diga el VAR.