La Champions compensa todo

El Valencia CF vuelve a la Liga de Campeones tras vencer en Almería por dos goles a tres. Otamendi y Feghouli igualaron por dos ocasiones los goles andaluces en la primera mitad y Paco Alcácer remachó el triunfo a diez minutos del final.

Tres valiosos puntos que permiten al Valencia regresar a la élite del fútbol continental tras una temporada histórica por lo que a puntuación se refierez, pero en la que ha tenido que sufrir hasta el final para acabar entre los cuatro primeros.
La mejor prueba, el partido de Los Juegos del Mediterráneo, dónde los de Nuno vieron como el rival -descendido a Segunda- se adelantó en dos ocasiones e hizo que, por momentos, todo el proyecto se tambaleara. Los nervios, la inexperiencia y la presión a punto estuvieron de atenazar a un Valencia que está de nuevo entre los grandes por méritos propios.

Sin sorpresas de inicio

A nadie le sorprendió la disposición inicial del Valencia. De Paul en banda izquierda por Piatti y Enzo Pérez en la medular por el lesionado André Gomes. Vamos, lo esperado. No era día de hacer probaturas con la Champions en juego y con un rival que luchaba por evitar el descenso y lo hacía a base de intensidad y patadas.
El colegiado, condescendiente, dejaba jugar y hacía carantoñas a un Thomas que había atizado dos patadas de preaviso con una intensidad parecida a la que lanzó en el 8 una falta desde 30 metros que, esquivando la barrera por fuera, significaba el 1-0. Alves no estuvo fino, llegó a tocarla, pero se le escapó y acompañó la pelota dentro. El Valencia estaba bien plantado, pero en una jugada desgraciada se veía lejos de la Champions.

El 'otro fútbol

Los más del millar de valencianistas cantaban y se desgañitaban ante las acometidas del Valencia, que eran siempre paradas en falta. En el 20, una cabalgadas de Alcácer acabó con el punta en el suelo tras un empujón del central. Verza, ya de pie, le daba un manotazo. La consigna era clara: provocar al joven punta, desesperado porque el Almería empezaba a perder tiempo. 
Los andaluces querían aprovecharse del 'otro fútbol'; del nerviosismo de la plantilla más joven de Primera División. Desde el banquillo incitaban a la grada, en el césped no querían que se jugara y ansiaban que los minutos pasaran rápido. Corona pegaba otro viaje a Otamendi, pero el árbitro no sacaba nada. Sólo advertía... el partido se le iba... Pero apareció el General argentino.

El empate... momentáneo

En el saque de un córner, el central argentino entraba como un avión para conseguir el empate y sumar su sexto gol de la temporada. Justísimo uno a uno y el Almería ya no sonreía ni especulaba. Soriano entraba por un lesionado Dos Santos, que se había lesionado al exagerar la caída en el lance en el que querían atemorizar a Paco Alcácer.
Pero ahora el miedo había cambiado de barrio. El ídolo local Soriano entraba y, en su primer lance, le daba una tarascada a Gayà. La consigna seguía siendo la misma: caña, caña y caña. El llegador, con suerte, iba a colocar el 2-1 en la siguiente jugada. Thievy recibía en el área pequeña y fusilaba a Alves, que hacía un paradón increíble. Eso sí, con tan mala fortuna que el rebote le caía al almeriense quien, en semifallo, marcaba el 2-1. El oficio volvía a adelantarse ante la bisoñez de los valencianistas.
Calidad y canguelo contra sobriedad y fuerza. Cuando el Valencia se tranquilizaba y tenía el balón hacía daño. Así pudo marcar de cabeza Mustafi en las postrimerías de una primera mitad que terminó con el Almería repartiendo, pero encerrado en su área y cediendo el segundo gol. De nuevo a la salida de un córner, en el 44, Feghouli marcaba tras la asistencia de Javi Fuego, que ponía perfecto el balón atrás que había centrado Gayà.
Uff!. A balón parado el Valencia CF había remontado tras una primera mitad nefasta.

Dos puntas, 4-4-2 y malas noticias desde Sevilla

Tras el preceptivo paso por el túnel de vestuarios, Nuno sentó a Enzo -con molestias- y dispuso un 4-4-2. El portugués iba a por todas, con un punta más en el campo y con la experiencia del delantero sobre el terreno de juego. La apuesta se notó.
En dos aproximaciones, el Valencia ya había mostrado sus 'insanas' intenciones en la puerta de Rubén. Y, aunque fue Thievy el que tuvo la primera ocasión andaluza, lo que más pupa hacía era la victoria del Sevilla en Málaga que, con el empate, dejaba fuera a los valencianistas. Había que ganar sí o sí. 
Parejo lo intentaba de falta directa, se iba fuera por poco. Negredo cabeceaba fuera por poco y Nuno sentaba a De Paul para sacar al veloz Piatti. Alcácer pudo lograr el 2-3, pero Rubén se la sacó en la línea.  
El empate no valía, los minutos corrían y Alves se lesionaba. Nuno sacaba a Yoel a veinte del final. El partido empezaba a resquebrajarse. La adrenalina afloraba en la piel de los valencianistas. La afición empezaba a inquietarse cuando apareció el más provocado, el más cazado. Paco Alcácer se presentaba sólo tras el pase en profundidad de Feghouli y batía con frialdad a Rubén. Era un gol que valía una Champions y que mandaba al rocoso Almería a Segunda.
Quedaban diez minutos de sufrimiento, por lo que estaba en juego y porque el colegiado canario no amonestó ninguna de las entradas almerienses, que se emplearon con dureza y tensión. Más al contario, sacó con facilidad las cartulinas a los valencianistas que, de forma increíble, acabaron con uno menos por la expulsión de Parejo.
Daba el igual el casero arbitraje el partido ya no se le iba a escapar a un Valencia que sufrió más de lo esperado pero que vuelve al lugar que le corresponde.