El Valencia CF no jugará la próxima edición de la Champions. La inesperada derrota ante el Éibar lo deja a expensas de que sus rivales pierdan más de un partido de los cuatro que quedan. Fue un Valencia-Éibar en el que los de Mestalla sólo fueron mejores tras el descanso. Aún así, y a pesar de tener numerosas ocasiones para adelantarse en el marcador, de nuevo la falta de acierto condenó a los de Marcelino. El empate valía para poco, pero la derrota, propiciada por un gol de Charles en el 92, aún sirve de menos. Ahora, salvo milagro, sólo queda encomendarse a la Europa League.
Pronto los dos equipos mostraron sus cartas. Los valencianistas querían ir a por el partido y el Éibar deseaba que no se le escapara. Así, en el primer minuto Dimitrovic se llevaba por delante a Gameiro en una salida alocada del Serbio para contar el primer balón filtrado de Coquelin.
El Valencia dominaba y Dani Parejo, a balón parado probó los reflejos de Dimitrovic. El ÉIbar, a la contra, guiado por Orellana y no por Joan Jordán, se estiraba e hizo chirriar las caderas de la zaga valencianista, poco flexibles a estas horas de la mañana. La llegada de Cucurella quedó, por suerte, en nada.
Poco después sería Orellana quien obligó a Neto a sacar una mano salvadora que evitara el 0-1. Mestalla se impacientaba y el Valencia lo intentaba con más corazón que cabeza. Perdido el centro del campo, crear y salir a la contra era más complicado. Por eso, el Éibar sí que creaba peligro y, de nuevo el chileno exvalencianista pudo marcar antes del descanso.
Tras el descanso la tónica cambió de forma radical. El Valencia comenzaba atacando pero sin la claridad que le ha caracterizado en este 2019.
Ferran Torres, tan voluntarioso como desacertado, fue el primer cambio de Marcelino. En el 55 estaba ya Carlos Soler sobre el césped para tratar de arregar el desaguisado. Con su entrada, y su brío, el equipo mejoró y tuvo tres clarísimas ocasiones en las botas de Gameiro que debieron desnivelar la contienda. Primero Dimitrovic, después el ansia del galo y finalmente un fuera de juego previo malograron el gol. El Éibar se defendía como gato panza arriba ante el aluvión de ocasiones valencianistas, que no paraba a pesar del paso de los minutos.
Para mantener la intensidad y buscar el ansiado gol, Marcelino sacó a Sobrino por Coquelin. El de Daimiel salió por banda derecha y Soler fue al medio. Mina por Guedes, regular este domingo, fue la última intentona del técnico para que la Champions no se esfumara. La tuvo Mina, fue en el 89. Pudo y debió marcar, pero su remate se paseó por la línea. A la jugada siguiente, Charles aprovechaba un mal despeje de Gayà -que recibió una falta- y ahí ahí se esfumó la Champions. Fue en el 93, sin tiempo para más.
Hola David, ¿para qué publicáis este titular? 1 El VCF seguía teniendo opciones matemáticamente. 2 El Sevilla podía perder, y así ha sucedido. 3 El Getafe podía perder, y así va, perdiendo 2-0. De verdad, que cada día los periodistas os superáis, seguir así fenómenos. Un saludo, #endavantvcf#