Parejo, las lágrimas de una lesión con final feliz
Dani Parejo, el capitán que nunca se rompe, se rompió. Lo hizo en el peor momento, en su primera final en la élite. Se lesionó y tuvo que ser sustituido. Se marchó entre lágrimas. Fue un momento duro, pero tuvo un final feliz al ganar la Copa del Rey (2-1) y poder levantarla al cielo de Sevilla.
El FC Barcelona era quien tenía la posesión, pero Parejo mantenía la calma y se mostraba acertado cada vez que el balón pasaba por sus botas. Su papel como capitán y epicentro del juego era indispensable para el Valencia CF. Se sentía cómodo, pero el destino le guardaba una mala pasada.
A los 64 minutos se resbalón al ejecutar una falta y sufrió una lesión muscular. Intentó seguir, pero no pudo. Tuvo que ser sustituido y Kondogbia entró en su lugar. Fue una lesión que llegó en el peor momento. Parejo no pudo reprimir las lágrimas y abandonó el césped llorando.
Poco después las lágrimas de dolor se convertirían en lágrimas de felicidad. El Valencia CF se proclamó campeón de la Copa del Rey y Parejo, como capitán, pudo levantar un título que cambia la historia del club y poner el broche de oro a un inolvidable año del Centenario.
Un desconocido en la enfermería
Dani Parejo es un desconocido en la enfermería del Valencia CF. Desde que llegó al club de Mestalla apenas se ha lesionado. Esta temporada se lesionó el pasado mes de octubre.
Antes de ello, el centrocampista de Coslada llevaba desde el 20 de Mayo de 2016 sin perderse una jornada de LaLiga Santander por lesión, cuando en la Jornada 30 de hace dos temporadas se lesionó en el Valencia CF-RC Celta de Vigo, y tuvo que sustituirle Danilo Barbosa.