Peter Lim cumple cinco años en plena crisis social y reconstruyendo el proyecto

Este jueves se cumplen cinco años desde que Peter Lim comprara el Valencia CF y se convirtiera en el máximo accionista de la entidad. El empresario singapurés lo hace, al contrario de lo que puedan hacer pensar sus últimos resultados deportivos, con la popularidad en uno de sus momentos más bajos y con retos aún por delante. Sólo la última época de Layhoon con Alesanco, García Pitarch, Gary Neville o Ayestarán son comparables a la actual en cuanto a índices de popularidad. Por fortuna, los resultados deportivos ahora sí acompañan.

Su última imagen pública se produjo este verano, el 4 de julio, cuando Peter Lim lucía orgulloso la Copa del Rey conseguida en mayo por el equipo y que, según Marcelino, le costó la cabeza y su despido del Valencia CF.

Precisamente su popularidad ha alcanzado mínimos históricos después de que este verano decidieran inmiscuirse más en la planificación deportiva. Esa situación provocó un agrio enfrentamiento con Marcelino, técnico que había conseguido clasificar al equipo para Champions dos años de forma consecutiva y, lo que es más importante, logró el primer título en once años: la famosa Copa.

La última fase de la reestructuración alcanzará a Mateo Alemany, ejecutivo que reorganizó y dotó de sentido común a la entidad y que se marchará dos años y medio después de su llegada al haberse quedado sin atribuciones por decisión del empresario.

Peter Lim ya puede vender el Valencia CF

Al cumplirse cinco años y, siempre a tenor de las condiciones de venta que el patronato exigía para vender sus acciones, el magnate ya podría vender sus acciones siempre y cuando dé "publicidad a su deseo de venta antes de iniciar el proceso, de forma que el valencianismo y la sociedad valenciana tuvieran la posibilidad de conformar una propuesta de compra". Al respecto, la última palabra la pronunció Anil Murthy la semana pasada negando cualquier oferta o cualquier intención de traspasar el club.  Antes, durante los primeros cinco años debía "obligarse a no vender o no perder el control de las acciones".

Cinco años agridulces en lo deportivo

El caso es que este 24 de octubre se cumplen cinco años desde que Peter Lim comprara las acciones de la Fundación -tras nueve meses de negociaciones- y se convirtiera, de facto, en el dueño del club después de comprometerse a abonar 92 millones de euros. Su proyecto, tras numerosos vaivenes sociales, económicos y deportivos, vivió la campaña pasada el momento de mayor euforia, con el equipo regresando a la Champions por segundo año y ganando la Copa. 

No ha sido su mandato en el Valencia CF un camino de rosas en el apartado deportivo. Tras una primera temporada en la que el equipo logró el objetivo marcado al acabar entre los cuatro primeros y clasificarse para la Liga de Campeones tras dos campañas de ausencia, luego vinieron dos años de sequía absoluta. Lim vivía su meta, estar en Champions, tras superar una fase previa y derrotar al Mónaco.

Fue un espejismo, a partir de ahí las cosas empezaron a ir mal fruto de una política deportiva desastrosa en la segunda y tercera temporadas de Peter Lim al frente del proyecto valencianista. La prematura eliminación de la Champions, al año siguiente acompañada por los malos resultados ligueros propició la destitución de Nuno. Cayó Nuno, le sucedieron Gary Neville y Pako Ayestarán en el banquillo y Suso García Pitarch en la dirección deportiva. Se fue Ayestarán, llegó Prandelli y sólo la normalidad que aportó Voro pudo salvar una temporada que se llevó por delante a Layhoon Chan, presidenta puesta por Lim y mano derecha del de Singapur. En la cuarta llegó Marcelino de la mano de Alemany y se consagró un año más tarde. En la actual, la sexta de Lim, ninguno de los dos continúa en sus funciones.

Nuevo Estadio, Porxinos y Bruselas

Al margen de la situación deportiva, la administración Lim sigue pendiente de dos escenarios tan complicados o más como son la multa de Bruselas y recuperar la inversión de Porxinos. Así mientras Bruselas resuelve sobre la multa de 20,4 millones de euros (más intereses) que debe abonar el club y que está recurrida, el caso de Porxinos lleva el mismo camino. El viejo proyecto de la Ciudad Deportiva de Porxinos se resolverá en los tribunales después de que la Generalitat bloqueara casi cualquier opción de que el PAI saliera adelante  al calificar la zona como como zona forestal y agrícola no urbanizable. De momento, el Valencia reclama al Ayuntamiento de Ribarroja 25 millones de euros.

Venta de Mestalla

Algo más de movimiento tiene el asunto del Nuevo Estadio. El Valencia CF y el Ayuntamiento están en pleno proceso de intercambio de documentación para conseguir nuevas licencias que permitan construir el estadio conforme al rediseño presentado en octubre del año pasado. El año pasado solicitó nuevas licencias para un estadio con capacidad para 65.000 personas.

Previamente, el club se ha puesto en manos de la consultora Deloitte para encontrar financiación; .vender la parcela del actual estadio de Mestalla, supervisar el proceso de finalización del nuevo estadio y trazar un plan de negocio y venta del terciario del nuevo estadio. La idea del club es retomar las obras en el primer semestre de 2020.

Parado desde el 25 de febrero de 2009, cuando el club, por falta de liquidez y ante la fuerte inversión necesaria, detuvo "temporalmente" la construcción, la intención es que se pueda concluir la obra en 2021, como marca el calendario de la obra a través de la Actuación Territorial Estratégica (ATE) "Valencia Dinamiza"; y tal y como se comprometíó el propio Valencia CF de Peter Lim que espera que el cambio al nuevo estadio "sea una realidad en la temporada 21-22".  A tal efecto se firmó un principio de acuerdo con ADU Mediterráneo que debe cristalizar antes de fin de año. Según este acuerdo, la cooperativa se quedará las parcelas de Mestalla a cambio de unos 120 millones de euros. En principio tendría que