Carlos Soler, toda una vida en blanco y negro
El Valencia CF ha hecho oficial la renovación de Carlos Soler hasta 2023 y poniéndole una cláusula de 150 millones de euros, valencianista de pro y santo y seña de la entidad. Pero ¿quién es él? ¿desde cuándo está en el conjunto de Mestalla? ElDesmarque bucea en su pasado para redescubrir al murciélago del escudo.
Tenía siete años, cuando un pequeño artista del balón que había logrado el trofeo 'Pepe Valls', llamó la atención de todo el mundo. Nadie se imaginaba que ese encuentro entre el Bonrepós y el Valencia iba a convertirse en el principio de una preciosa historia que hoy tiene un presente firme y un futuro esperanzador. Ese día Carlos Soler no defendía la elástica valencianista, es más...le endosó tres tantos a un Valencia que se presentaba como favorito al duelo. Las libretas de los ojeadores de Mestalla hervían aquella mañana. Ese futbolista, había nacido para jugar en la Avenida de Suecia.
Antes de todo eso, Soler recuerda cuando bajaba cada tarde con su abuela Amalia al pequeño jardín de Benicalap, donde repartía su atención entre el bocadillo de chocolate y los balonazos a la pared, lo último que pasaba por su cabeza es que algún día sería futbolista profesional. De hecho, su abuelo Rafael tuvo que convencerle con un jugoso regalo para que se enrolara en su primer equipo, el Bonrepós.
Hasta allí se desplazaban nieto y abuelo, junto al hermano mayor Álex, en una vieja furgoneta con los chistes de Arévalo como inseparable banda sonora. Pronto llegó la llamada del equipo de su vida, al que no dudó en marcarle tres goles la primera vez que lo tuvo enfrente. Eran los tiempos del 'Doblete', que Carlos vivió orgulloso con su flamante chándal de entrenamiento y sus fotos con Mista, Baraja...
Lo vivió en familia, como ha vivido todo desde que comenzó a dar patadas al balón. Entorno al arroz al horno de los jueves, rodeado de abuelos, padres y hermano, los éxitos se digieren mucho mejor
Llegó como delantero..
Después de anotarle tres goles al Valencia CF, Soler aterrizó en la Ciudad Deportiva de Paterna como 'striker' hace 12 años. Sus estadísticas hablan por sí solas: 500 goles en su casillero y más de cien asistencias. Una radiografía que estimuló temporada tras temporada el ascenso meteórico de Carlos.
Su llegada al fútbol once provocó que poco a poco fuera retrasando su posición. Lejos de significar un problema, Soler se fue adaptando a cada una de las posiciones del verde. Para sus entrenadores no era uno más, era el chico que quería triunfar en 'su' Valencia.
Años después, no demasiados, se convirtió en el timón del filial del cuadro del Turia a pesar de tener todavía edad de Juvenil División de Honor. Solo un resquicio a la polémica: su renovación. La herida se subsanó con el deseo de un equipo que quería tener a Carlos y las aspiraciones de un joven que solo quería darle a la pelota en el cuadro de sus ídolos.
Tras un paso fugaz por el filial rápidamente contó con el cariño de Pako Ayestarán, al vasco le debe mucho a pesar que no le dio la gloria del debut. Ese derecho se lo reservó Prandelli en un conato de responsabilidad. El hombre de la continuidad fue un técnico de la casa, Voro, que un 9 de enero le abrió la puerta de la titularidad, le dio galones en la medular y no decepcionó. No era un partido para lucir, pero Carlos Soler se puso el mono de trabajo y se desfondó, siendo el jugador que más kilómetros corrió durante los 90 minutos.
Voro le dejó en la rampa de lanzamiento para que Marcelino terminara de moldearlo.
Grande dentro del campo, fuera aún lo es más. No hay iniciativa a la que diga no, ni detalles que confirmen su predisposición absoluta para hacer feliz a un pueblo entero si hace falta. Y si no que se lo cuenten a los vecinos de Azuaga.
Otras fechas que Carlos Soler no olvida
Dentro de su elenco de goles y momentos, Carlos recuerda también su primer gol como jugador del primer equipo en casa. Fue el 6 de abril de 2017, en Mestalla frente al Celta de Vigo. “Me acuerdo de que cuando marqué y volvía a nuestro campo escuché a la gente corear mi nombre, no sabría explicar lo que sentí y he tenido esa suerte”. He tenido esa suerte”.
Tampoco se le escapa su estreno anotador, “el primer gol con el primer equipo marcado al Villarreal CF en su estadio. Escuché a la gente corear mi nombre, no sabría explicar lo que sentí".
Ya con Marcelino llegó su primer gol en la Champions League frente al BSC Young Boys. Ese día guardó la camiseta. Fue en 2018, el año en el que creció y se asentó en la élite de la mano del técnico asturiano con el que llegaría la consagración absoluta en este 2019.
Y es que, Carlos Soler coronó en Italia un año casi perfecto. El centrocampista español se proclamó campeón del Europeo sub 21 con España y sumó su segundo título de la temporada, junto a la Copa del Rey que levantó con el Valencia CF en una final en la que fue protagonista dando la asistencia a Rodrigo para marcar el segundo gol de la Copa del Rey. Seguro que es la primera de muchas grandes noches que le esperan.
Los momentos duros que también los hubo
Pero no todo ha sido color de rosa para Carlos. Esta temporada no empezó bien para él ni a nivel individual, ni colectivo. Primero la destitución de Marcelino, un técnico con el que alcanzó su mejor nivel era destituido de forma fulminante. Después, una inoportuna lesión de tobillo lo tuvo dos meses parado. Por suerte para él y para el valencianismo aquello quedó en el olvido. Golazos ante el Chelsea o el último ante el Real Madrid, además de jalonar una merecida renovación, demuestran que el Valencia CF del presente, pero también del futuro, se asentará sobre un pilar llamado Carlos Soler.