Valencia CF Álex Blanco (65')
Granada CF El Valencia sufre más de lo que merece pero no falla en Mestalla
El Valencia CF ganó en la jornada 28ª de LaLiga Santander ante el Granada CF en un partido en el que terminó pidiendo la hora cuando dominó de principio a fin. Sin embargo, su falta de punch en los metros finales condenan al equipo de Gracia al sufrimiento, a la época y a rezar para sacar los puntos y no sufrir. En esta ocasión lo hizo gracias a un tempranero gol de Wass en el minuto 3 y otro a la hora de partido de Álex Blanco. Soldado recortó distancias en el 89 y, como el equipo había perdonado, padeció. Al final nada movió el resultado final de 2-1 y los valencianistas se abonan a Mestalla para no sufrir. Cuarta victoria consecutiva en casa (récord desde los tiempos de Marcelino) y al parón sin mirar ya hacia abajo.
De inicio Gracia recuperó su clásico 1-4-4-2 y sentó a Kang In Lee en detrimento de Álex Blanco. Volvían Gayà, Soler, Racic y Maxi Gómez tras sanción y nadie dudaba que iban a ser titulares. Sorprendió eso sí la ausencia de Kang In Lee. No hay feeling futbolístico entre el surcoreano y el técnico y se nota. Pronto Wass enterró los debates previos. En el 3', en la segunda aproximación de los de Mestalla, Guedes (hoy delantero) la abrió a Gayà y este la puso medida para que el danés, llegando desde atrás, colocara con clase la puntera para adelantar a los locales.
El Valencia CF se topa con Rui Silva
La gran baza valencianista era el mayor descanso de sus jugadores respecto al rival, que no tenía sobre el césped ni a Diego Martínez, técnico candidato para suplir a Gracia si este rompe antes de tiempo su relación con el club. Y se notó, porque el gol no cesó las ansias de los valencianistas por ampliar su renta. Soler desde fuera y Álex Blanco a bocajarro tras otra gran internada de Gayà, pudieron ampliar la renta. El duelo en este primer cuarto de hora fue un monólogo. El Valencia metió una marcha rápida para asfixiar a los nazaríes y mereció ampliar su ventaja, pero de nuevo Rui Silva hizo una doble parada espectacular a Guedes y Racic cuando ya se cantaba el segundo.
El Granada, que se defendía como gato panza arriba, cada vez que se prodigaba en ataque recibía una contra que le obligaba a correr hacia atrás y a conceder ocasiones como la que forzó Maxi en el 33. Derribado cuando se iba solo, Alberola Rojas perdonó la roja a Germán.
La incertidumbre del resultado
El Valencia lo intentó, pero sin acierto hasta el descanso, por lo que no pudo ampliar una renta que mereció. Con ese panorama y sin cambios comparecía en la segunda parte ante un Granada que sí movió sus piezas para combatir el cansancio provocado por la UEFA Europa League. Aún así, las primeras ocasiones fueron de nuevo locales, pero como en la primera mitad, acabaron en nada. Un centro de Guedes desviado por Rui Silva fue lo único destacado. Y es que, el Granada salió mejor plantado en esta segunda entrega y aún sacó a un tercer jugador de refresco antes de la primera hora de partido. El Valencia se había quedado frío y Soldado, de cabeza, protagonizó la primera buena ocasión de los andaluces.
Álex Blanco ahuyenta todos los fantasmas
La respuesta del Valencia fue contundente. Un tiro de Racic lejano y, a la siguiente, gol de Álex Blanco. Robo en la medular, jugada made in Guedes y el zurdo definió con clase para marcar el 2-0 de tiro cruzado. Estaba siendo una tarde aciaga para el joven jugador, además especialmente observado porque entró en el once en detrimento de Kang In Lee, que precisamente fue el primer cambio de los de Mestalla por Álex Blanco. Fue justo antes de que Cillessen realizara su mejor parada de la tarde ante Yangel Herrera.
Soldado acorta distancias
El partido no estaba cerrado. El Granada, sacando fuerzas de la flaqueza, encimó a los de Mestalla y estos respondieron con alguna contra mortal como la del 83 que Víctor Díaz sacó en la línea el débil remate de Maxi Gómez cuando llevaba marchamo de gol. El uruguayo debió aún marcar el tercero pero está negado y, como no lo hizo y el Valencia se condenó a sufrir porque en el 89 Soldado no perdonó. Quedaban cinco minutos y todo podía pasar. Parece que este equipo no sabe ganar y convencer. Los calambres de Soler y Correia presagiaban un final épico.
