Así se vivió el Valencia CF-Real Madrid desde Sillas Gol Alto
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El Valencia CF demuestra que puede competir contra quien sea
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La afición marca el primer gol en los aledaños de Mestalla
Ambientazo en Mestalla. La afición del Valencia CF copó las gradas de ilusión y motivación por un equipo que ha arrancado la temporada como una auténtica moto. El aterrizaje de Bordalás en la ciudad del Turia ha devuelto al valencianismo la fe perdida durante estos últimos años. Desde primera hora de la tarde, la afición 'che' se citó en los aledaños de Mestalla para dar el último aliento a los suyos. Vaya ambientazo. Desde hacía aproximadamente dos años que el Valencia CF no sentía el calor de su gente desde tan cerca y con tanta magnitud. Posteriormente, ya dentro del estadio, el valencianismo alentó al equipo desde el minuto uno. Hasta 29.000 personas coparon las gradas de Mestalla. Una auténtica pasada dadas las condiciones sanitarias que se viven durante estos últimos tiempos. El templo está volviendo a rugir. Fue una sensación increíble poder formar parte de una noche inolvidable.
La afición no frenó en su empeño de animar a su equipo. El Valencia CF necesitaba el apoyo de la grada en una cita complicadísima de LaLiga Santander. Y así fue. En el primer tiempo, con un juego tosco y lento sumados a las inoportunas lesiones de Soler y Thierry, el público de Mestalla necesitaba engancharse al partido tras los duros golpes recibidos. Las circunstancias no eran muy alentadoras. El sector en el que me encontraba estaba helado. Costaba levantar la cabeza. Las lesiones propagaron una herida importante difícil de curar. Se necesitaba un impulso motivador.
Se consiguió, las modificaciones de Bordalás dieron alas al equipo y salieron como motos tras el descanso. La grada enloqueció. Mestalla se levantó de su asiento con un Valencia CF que fue a por el partido de principio a fin. Los blanquinegros llegaron una y otra vez a la portería defendida por Courtois. Tuve la oportunidad de ver al valencianismo volviéndose loco como en tiempos pasados casi olvidados. Se echaba de menos volver a sentir esa increíble sensación y volver a enloquecer desde la grada de Mestalla. Vaya pasada.
Los murciélagos de Mestalla despertaron y sacaron sus colmillos para asestar el golpe al Madrid. Con el gol de Hugo Duro, fue una locura. La afición se volvió loca. Coreó al unísono el inolvidable '¡tocó en Hugo Duro!' que promete ser su santo y seña personal. Tras el golpe asestado, Bordalás hizo tres cambios de golpe y Guedes fue sustituido. Mestalla se levantó y coreó su nombre recordando a las noches más mágicas del valencianismo. Todo el sector Sillas Gol Alto cantó como nunca.
Al final, el sueño se convirtió en pesadilla a causa de la inquebrantable fortuna madridista. Fue una pena. De este modo, jamás se le debe dejar ni un poquito aire al conjunto blanco ya que es especialista en darle la vuelta al resultado en tan solo diez minutos. Lo repiten una y otra vez. Tras los tantos de Vinicius y Benzemá, la tensión se incrementó en las gradas. Entre el total de entradas vendidas, había bastantes aficionados del Madrid. En diversos sectores del estadio, hubo enfrentamientos verbales entre merengues y valencianistas.
Inclusive, en la zona en la que me encontraba, se levantaron unos cuantos y la tensión se desató con unos cuantos insultos. La presión se desató y la magia de Mestalla acabo convirtiéndose en una pesadilla. Sin embargo, el alto porcentaje de aforo completado es señal inequívoca de que todo está volviendo a empezar. Mestalla vuelve a rugir y tuve la increíble oportunidad de vivirlo en primera persona.