Nou Mestalla, una ¿dulce pero necesaria? condena

El Nou Mestalla vivió su semana con más novedades en muchos meses. Empiezo a creer que podría ser una realidad. ¿Dejar Mestalla? Doloroso pero necesario.

He escrito del Nou Mestalla en infinidad de ocasiones en esta columna pero creo que, tras lo vivido esta semana y después de oír a los políticos (sobre todo de Compromis) abrir la puerta a una solución definitiva, me veo obligado a referirme a la situación del nuevo estadio una vez más. Por suerte o por desgracia he visto ese bowl desde que se empezó a construir hasta la fecha, cuando ha cumplido 15 años de vida. Mi idea, mi sentir no ha cambiado: lloraré cuando derriben Mestalla. Es el templo en el que nacimos para el valencianismo tantas generaciones -casi todas la verdad- y abandonarlo nos va a costar, nos va a doler pero no queda otra alternativa.

Desde que Juan Soler parió y empezó ese proyecto allá por 2007, el Valencia se obligó a cumplir una dulce ¿? condena que pasa por, tarde o temprano, trasladarse a la Avenida de las Cortes Valencianas. No queda otra, el club no puede permitirse tener dos casas y una de ellas a medias. Necesita irse para poder vender el suelo de Mestalla y poder rebajar su deuda. Necesita irse para no perder 16 millones de euros provisionados por si se queda sin la recalificación del estadio y necesita irse para crecer, no por número de espectadores (porque el nuevo estadio es algo inferior de aforo pero por desgracia suficiente para la realidad del Valencia). Necesita irse para crecer en la generación de otros ingresos, por palcos, naming, cubierta, zona de oficinas y hotel...

El Nou Mestalla será más moderno y el ambiente, el alma, el apoyo que le dé al equipo sólo se sabrá cuando estén allí los aficionados y le den la chispa de vida que todo edificio necesita. Si el equipo engancha a los suyos, estoy convencido que la atmósfera será similar. ¿No es tan vertical como el actual? No, claro que no. La normativa no lo permite. A cambio, o paralelamente, será más cómodo.

Nou Mestalla: señores no lo hagan más complicado

Llegados a este punto en el que estoy convencido de que cambiar es el único camino que queda, se trata de hacerlo rápido, bien y de forma legal. Las administraciones están para salvaguardar los intereses de los ciudadanos y en este caso, para todos los que habitamos el Cap i Casal, sean cuales sean nuestros colores, lo que nos interesa es solucionar el problema de un óvalo de hormigón parado que afea la capital. No lo digo yo, lo dijo el conseller Rafael Climent este viernes. Escúchenlo en el vídeo de abajo en declaraciones a Àpunt.

Me parecen las reflexiones más razonables de todos los responsables políticos que he escuchado en los últimos tiempos. ¿Apretar? ¿Exigir que se cumpla lo pactado?  Por supuesto, pero poner más trabas de las que corresponden es alargar un problema con muchos culpables, algunos ya no están entre nosotros, y que lo que necesita son soluciones. Ahora que ha aparecido el milagro de los panes y los peces con el dinero del fondo CVC aprovéchenlo y quítense(nos) este marrón de encima. Para alguien que al fin va a dejarse pasta en la ciudad... Es como lo del Casal España Arena de Valencia de Juan Roig, todo lo que no sea ponerle una alfombra roja a ese hombre es una canallada. Feliz semana.

David Torres

Delegado de ElDesmarque en València

dtorres@eldesmarque.com