Mestalla perdona pero no olvida y expulsa casi todos sus fantasmas: falta uno

Mestalla, cuya afición es sabia y sobreana, expulsa a casi todos sus fantasmas ante el Barcelona en la víspera de Halloween, aunque todavía le queda uno.

Era la noche propicia para ganar al FC Barcelona en LaLiga Santander después de una victoria en los últimos 15 enfrentamientos y alejar de una vez por todas muchos fantasmas de Mestalla. El homenaje a David Villa, merecidísimo al igual que su lona, ponía el punto y final (espero) a la pandemia del COVID-19. Recuerdo perfectamente que cuando se anuló poco antes de que nos encerrara a todos en casa y viviéramos la época más oscura y triste que uno recuerda. La lona de este sábado tardó dos años en desplegarse pero con ella se daba ya carpetazo en la memoria colectiva a aquellos tiempos de estadios vacíos,.distancia personal y silencios. Mestalla, siempre soberana y sabia, lo sabía y registró la mejor entrada en cuatro años.

46.007 personas estuvimos en el coliseo valencianista viendo in situ cómo hay encuentros que no necesitan muchos goles para ser vibrantes, entretenidos y apasionados. Habría sido precioso que hubiera acabado con los dos púgiles en la lona extenuados pero igualados. Duele el resultado, pero perder así, aunque sea al final, quizá molesta un poco menos. Es una derrota útil, que diría Valdano. Por momentos pensé que nos íbamos a librar también del fantasma que señala que a Mestalla se le ha olvidado ganar al Barça o, incluso de alguno aún más actual: ese que dicta que a los equipos de Gattuso se le hacen tan largos los partidos que acaba desaprovechando ventajas y perdiendo puntos al final. El Valencia de Gattuso mereció algún punto ante los culés, pero con eso se queda.

El fantamasma que tenía clarísimo que no íbamos a poder alejar y menos en la noche anterior a Halloween era el del colectivo arbitral. ¿De Burgos y el VAR fueron decisivos? Pues aunque sus errores no fueron clamorosos, bien podrían haber desnivelado el choque. Con todo, lo que más incendia a la grada es que el colegiado se desinhibió en cualquier cruce, falta, choque o lance, o saque de banda con un valencianista por medio. No es sólo la expulsión perdonada a Marcos Alonso, o que no revisara el gol de Lewandoski que pudo ser en fuera de juego, es la actitud y la forma con la que tratan al Valencia y a sus jugadores.

Mestalla perdonará y pensará en otra cosa, pero no olvida a quien le hace daño y así se lo recuerda a Peter Lim en cada minuto 19, a Ferran Torres cuando toca el balón en su regreso a casa y empieza de nuevo a instaurarse el soniquete de corrupción en la Federación. 

Villa, Mestalla y Gayà

Pero Mestalla y su afición también saben agasajar a sus héroes como nadie. El recibimiento que le dieron a David Villa, el ídolo de toda una generación sirvió para que los que fueron sus fieles seguidores, y también a los más maduros como un servidor, nos reencontráramos con el fenómeno fan; con esa sensación que te recorre el cuerpo de arriba a abajo, con ese momento de éxtasis que hace que un brillo especial reluzca en tus ojos y que mires con admiración a los futbolistas que una vez soñaste con llegar a ser. En ese olimpo está el Guaje y seguro que un día estará José Luis Gayà, que cada día da una lección de valencianismo sobre el césped y fuera de él, pero por decisión propia se quedará fuera Ferran Torres. Mientras el de Pedreguer sí podría repartir carnets de valencianismo, el de Foios no da ni un motivo para el perdón. Feliz semana.

David Torres

Delegado de ElDesmarque en València

dtorres@eldesmarque.com