Gayà quitó el cartel de "Se vende por derribo": el mensaje para propios y extraños
Escrito está que me duele profundamente que Gayà haya tenido que ser el chivo expiatorio, el que pague los platos rotos en la Selección y antes en LaLiga Santander cuando la famosa sanción de cuatro partidos en la que se usó al capitán como víctima ejemplarizante para después dejar sin pena a otros como Ancelotti. Su figura, la del de Pedreguer, es digna de análisis. Su último año encarna el giro copernicano que creo que ha empezado a dar el Valencia CF en los últimos meses.
Ya sin Anil Murthy de por medio, las cuentas hablan de un club en crisis pero que ha equilibrado al fin sus costes de plantilla con lo que ingresa. La decisión de Gayà de renovar en una situación en la que muchas voces -incluso dentro del entorno valencianista- esperaban que no se comprometiera con el club de su vida, quitó, a mi forma de ver, el cartel de "Se vende por derribo" que tenía el club deportivamente hablando desde la pandemia, desde que deshicieron el tándem Marcelino-Mateu Alemany.
La decisión del capitán de renovar por el Valencia ha sido un punto de inflexión en los acontecimientos vividos estos años atrás.
La renovación de Gayà es un mensaje a propios y a extraños, una apuesta por un club que anda necesitado de héroes, alegrías y reverdecer viejos laureles, un grito entre tanta tristeza que viene a decir: lo tengo claro, el Valencia es mi casa y apuesto por eso.
Gayà y el futuro de Lato y Jesús Vázquez
Que Gayà decidiera renovar es un mensaje para los de fuera, pero también para los de dentro. Uno de los principales asuntos que deberá resolver el club este invierno es qué hacer con el lateral izquierdo. Sin embargo, el cambio de tendencia, la decisión de Gayà de apostar por el club, cambia mucho el panorama. El Valencia en este caso del lateral izquierdo sólo tiene las de ganar. Al capitán de Pedreguer le quedan por delante muchas temporadas en la élite.
Por eso, sinceramente no sé qué hará, pero pase lo que pase, y a diferencia de otras épocas, tiene el nudo gordiano controlado. Puede ceder a Jesús Vázquez porque lo tiene atado y bien atado para que se foguee estilo David Silva. El zurdo tiene buena pinta pero debe jugar más para ver de qué pasta está hecho. Entretanto, Corona puede escuchar a Lato y ver qué le ofrece el mercado o sentarse y renovarle con un sueldo pospandemia... Sin la obligación de vender por 40 millones de euros como el año pasado, y con la confianza que da que Gayà apueste por el proyecto con todos los matices que ello conlleva, la vida se ve de otro color. Y eso que no le han dejado disfrutar del Mundial como debiera. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en València
¿Cuentas equilibradas? Los jugadores cobran a base de préstamos. 180 millones de euros de pérdidas en 8 años. No empiezan las obras porque no les da la gana y todo paralizado. Has hecho un perfecto blanqueo.