Carbón y del duro para el Valencia CF ante el Cádiz

El Valencia CF perdió ante el Cádiz CF en la decimosexta jornada de LaLiga Santander, Y eso que los de Gattuso tuvieron casi noventa minutos para remontar el gol inicial del Cádiz. Fue una noche aciaga, en la que el equipo mostró todas sus carencias. En defensa, cuando en el 9 Rubén Alcaraz remató una gran galopada de Sobrino al que nadie paró. En la creación, cuando estuvo hasta el minuto 67 sin crear una ocasión. Y en el remate, pues aunque Gattuso hizo tres cambios en el descanso, no terminó de dar con la tecla. André Almeida, que salió al descanso, fue el mejor en una noche pésima, que condena al Valencia un año más a la mediocridad si un milagro no lo remedia. Al final, 0-1 y una semana sin Liga por delante porque el Valencia juega la Supercopa. El arbitraje, y las artes del Cádiz, no ayudaron a un bisoño Valencia. Carbón, y del duro, para el equipo que se marcha de vacío ante un rival que estaba en puestos de descenso.

El partido, que empezó con retraso porque tuvo que ser atendida una persona en la grada con un paro cardíaco, que finalmente falleció y con un once muy reconocible. Gattuso, eso sí, volvió a no repetir once al apostar por Ilaix Moriba en lugar de André Almeida, con catarro desde hace unos días. Guillamón era el pivote, el único que queda sano, y el ex del Barça tenía la misión de escoltarle.

El susto en la grada se trasladó al césped, donde, en el minuto 6, Mamardashvili tuvo que salir hasta la medular para despejar un balón que él mismo no había terminado de atajar. Era el prolegómeno del primer gol. Sobrino se fue por la banda como una exhalación, se deshizo de Ilaix Moriba por velocidad, la cedió atrás y Alcaraz, desde la frontal, anotó el 0-1. Un mediocentro defensivo hacía y hace falta como el comer.

Apenas se había desperezado Mestalla y el equipo perdía. A la jugada siguiente Castillejo tuvo el empate, pero su disparo se detuvo en el brazo de Yunus cuando llevaba marchamo de gol.

El Valencia CF estaba volcado en pos del empate y, a la contra, casi recibe el segundo. Fue un error de Cömert en la entrega que casi cuesta un nuevo disgusto a los valencianistas. A balón parado, de falta, de cabeza, Cavani lo intentaba mientras el Cádiz, bien replegado, se empleaba a fondo ante la pasividad de González Fuertes.

El Valencia no encontraba el espacio entre las dos líneas de cuatro que montó Sergio delante de su portería y, en cambio, sufría en exceso las contras. Sólo cuando Gayà se sumaba al ataque, el equipo lograba superioridad.

Las ganas de empatar provocaban la precipitación de un equipo que se mostró inoperante e incapaz de generar una ocasión clara de gol. Además, delante tenía un Cádiz que se las sabía todas y que logró que el partido llegara al descanso sin que nada sucediera. El Valencia CF necesitaba un cambio profundo.

Gattuso revoluciona el Valencia CF

Tras el paso por vestuarios, Gattuso sacó a André Almeida y Justin Kluivert por Guillamón e Ilaix Moriba, que habían estado especialmente mal. Y, además, cambió el sistema y dispuso a su equipo con un 1-4-2-3-1. El Valencia había firmado la peor primera parte en mucho tiempo y tocaba cambiar el panorama. No contento con ello, en el 55, Gattuso siguió con el carrusel y sacó a Hugo Duro por Samu Castillejo, lesionado en un dedo.

El Cádiz y el colegiado conseguían que se jugara poco, cosa que no favorecía a los de Mestalla. Ahora me caigo, ahora pierdo tiempo, ahora me dejo caer y el colegiado permitiendo casi todo.  Sólo André Almeida ponía algo de claridad en el equipo pero no era la noche de los valencianistas. Ni Cavani hacía picar al colegiado cuando se dejaba caer en el área.

El Valencia CF le metió una velocidad más y Gayà, tras controlar un buen balón en la frontal, pudo marcar. Ledesma voló y la envió a córner. Mestalla se enganchaba al ritmo que le marcaba el equipo. Era la primera ocasión clara en una hora de partido, pero el gol del empate no llegaba.

Los de Gattuso colgaban balones al área pero ninguno encontraba un rematador claro. Gayà y André Almeida eran los más destacados, pero los Lino, Cavani o Hugo Duro no atinaban. Ni suerte, ni de rebote. Nada, sin ideas y condenado. Otro equipo de los mal llamados pequeños se le atragantaba al Valencia de Gattuso que demostró estar falto de ideas para dar la vuelta al marcador. Al final, pitada y gritos contra la propiedad.