Se cumplía el minuto 73 del Valencia-Osasuna cuando Justin Kluivert marcó e hizo estallar de alegría todo el estadio de Mestalla y en especial el banquillo local. Allí se levantó y lo gritó como cuando era jugador Rubén Baraja, se abrazó con Juan Monar -preparador físico- y también lo gritó David Rangel. Carlos Marchena, que destacaba por su carácter vistiendo de corto, se disipó entre la euforia de los suplentes que saltaron de sus asientos para celebrar.
Carlos Marchena fue la única exigencia de Baraja al Valencia CF. "Necesito gente que ponga carácter" decía Baraja en sala de prensa y sabía por qué lo decía. La mano derecha de Rubén es Carlos, Carlos hacia fuera y Marchena hacia dentro. Porque lo de Marchena no es sólo carácter y la mejoría defensiva del Valencia tiene gran cuota de responsabilidad en la figura del sevillano, otro convertido valencianista con el tiempo.
Cömert, Cenk, Diakhaby, Mosquera, pero también Paulista tienen mucho que aprender con Marchena en el cuerpo técnico. No en vano, el trabajo ya ha dado sus frutos: el Valencia ha encajado dos tantos en cuatro partidos dejando la portería a cero en la mitad de ellos. Lo que supone 0,5 goles en contra por el 1,2 de sus predecesores.
Pocos profesionales en el mundo del fútbol pueden presumir de haber estado en una final de un Mundial y haber resultado campeón. Esa figura entrena cada día en el primer equipo del Valencia y no es otro que Carlos Marchena. Ser el segundo técnico del club en el que pasó una década es el escalón más alto de su periplo como entrenador, que se resume entre la cantera del Sevilla FC y la Real Federación Española de Fútbol.
Sus últimas apariciones antes de acompañar a Baraja fueron como comentarista de los partidos de la selección. Experiencia, comunicación y carácter es lo que aporta Marchena, que en unas semanas ha ofrecido un curso rápido para todos aquellos jugadores con responsabilidades defensivas.
No hay que olvidar que Carlos ha jugado 316 partidos en el Valencia CF y 69 partidos con la selección española. A sus 43 años, tiene todavía mucho que dar en los banquillos.
Si bien lo de Baraja entraba entre los posibles, la llegada de Marchena fue del todo inesperada. El 'Pipo' quiso en su grupo de trabajo al que fue su compañero durante casi una década en el Valencia CF y viendo cómo se desenvuelven ambos en el área técnica, hay una cosa clara: se complementan a la perfección.
Rubén Baraja y Carlos Marchena son leyendas del Valencia CF y en el Camp de Mestalla forjaron una amistad inquebrantable. Llegó en 2001 y salió en 2010, lo que significa que ambos coincidieron en la plantilla que llevó al Valencia CF a ser en 2004 el mejor club del mundo tras el doblete. Juntos levantaron 5 títulos -LaLiga 2001/02, LaLiga 2003/04, Copa de la UEFA 2004, Supercopa de Europa 2004 y Copa del Rey 2008- y en aquellos primeros años del siglo XXI formaron parte del mejor Valencia CF de la historia.
Sobre el campo Rubén Bajara y Carlos Marchena disfrutaron y compartieron las grandes alegrías recientes, pero también supieron asumir la responsabilidad y remar en los momentos de dificultad, como aquella temporada 2007/08 en la que dieron un paso al frente para salvar al equipo del descenso en una temporada convulsa.
El de Las Cabezas firmó su contrato sabiendo que no era un estreno fácil en el fútbol de élite. Sobre sus hombros y los de Baraja recae la responsabilidad de no sumarse al listado de los que estuvieron en un hipotético descenso de un histórico como el Valencia CF. De momento, a esa agonía y sufrimiento Carlos y Rubén responden con serenidad y paso firme.