El regalo del día del padre en la familia de Peter Lim y Kiat Lim

Soy padre y eso te cambia siempre la perspectiva de la vida. Por un padre matas, por un hijo mueres. Por eso, en este día tan señalado para los que somos padres y aún tenemos la fortuna de ser hijos militantes, y tras la dolorosa resaca que deja el meneo que le metieron al Valencia en el Metropolitano, no puedo evitar pensar en un padre y un hijo que, a los que queremos el Valencia, que acaba de cumplir 104 años de vida, nos llevan por el camino de la amargura. Me refiero, cómo no, a Peter Lim, que esta noche se quema en decenas de Fallas y a su hijo Kiat.

No conozco a Peter Lim, ni a Kiat Lim, poco más allá de ser el que anunció que abriría la Junta a los pequeños accionistas tras un paso fulgurante en diciembre por Valencia con visita al alcalde incluida, pero del que no hemos vuelto a saber nada. Sin embargo, aunque no los conozca y por muy diferentes que sean nuestras realidades, nuestras culturas, nuestras formas de entender el valencianismo, seguro que tenemos puntos en común y uno de ellos es que queremos lo mejor para nuestros hijos.

Partiendo de esta hipótesis cierta, tengo muy claro que el Valencia que está dejando Peter Lim a Kiat no es la mejor herencia posible, además de que está amargándonos la vida a miles de valencianistas. De momento, es un club en descenso al menos las dos próximas semanas.

El regalo del día del padre en la familia de Peter Lim y Kiat Lim es un regalo envenenado justo cuando se cumplen 104 años de un sentimiento llamado Valencia CF

El primogénito heredará un club con una afición que en su lista de prioridades la primera es que su padre desaparezca del mapa, venda sus acciones y se vaya. Heredará un club empequeñecido, que ha perdido el lustre deportivo que tenía y que lucha por subsistir en la élite como quedó demostrado en el Metropolitano. La tendencia iniciada en el césped y en los despachos hace pensar que, si no es este año, será el siguiente, pero al final caerá al pozo. Y eso, es triste para un hijo, y por supuesto para el valencianismo que tiene a su club como un miembro más de su familia y que sufre.

Si Peter Lim no quiere vender (yo estoy convencido de que cuando solvente lo del Nou Mestalla y el club cueste lo mismo que ingresa, lo venderá), al menos que se preocupe por dejarle un club a Kiat que recuerde a lo que fue. Si un padre le enseña a un hijo que para él el Valencia es sólo una inversión que le importa poco o nada ¿Qué podemos esperar de su vástago?

Porque a un hijo, al margen de los bienes materiales que uno le cede, la principal herencia que le puedes dejar es una escala de valores, una forma de entender la vida, de empatizar con los demás y preocuparte de los que te rodean. Yo eso lo aprendí y lo aprendo cada día de Miguel Ángel, mi padre, pero dudo que Kiat encuentre en su padre algo similar a lo que sentimos los que queremos al Valencia. Por fortuna, sigo creyendo, aunque sea una cuestión más de fe que otra cosa, que el Valencia siempre será eterno, a pesar que nos han dado un cumpleaños para olvidar los que lo gestionan, pero será eterno porque tiene muchos padres que lo quieren e infinidad de hijos que lo cuidan.  Feliz semana, feliz día del padre y feliz día de San José.

David Torres

Delegado de ElDesmarque en València

dtorres@eldesmarque.com