Baraja y Pepelu convierten el morbo del regreso de Marcelino y Parejo en una fiesta valencianista
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Notas y puntos del Valencia CF y de Baraja ante el Villarreal: noche de sobresalientes en Mestalla
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Pepelu hizo dos de penalti, Yaremchuk abrió la lata
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Triunfo balsámico para acabar la primera vuelta
El Valencia CF ganó con todo merecimiento al Villarreal por 3-1 en la noche en la que el valencianismo empezó a superar el duelo por el adiós abrupto de Marcelino y Parejo (despedidos de forma vil por Peter Lim) como mejor se puede hacer: ganando y convenciendo. Lo hizo gracias a los que están llamados a ser -si no lo son ya- los nuevos ídolos de Mestalla: Baraja desde el banquillo y Pepelu desde el campo. El uno ideó el partido, el otro lo manejó y lo selló con dos goles de penalti. Fue, en todo caso, un triunfo coral en el que los menos habituales también dieron la talla: Yaremchuk hizo su primer gol, Foulquier se gustó y Gayà, de vuelta, puso las cosas en su sitio con asistencia y tres goles por su banda.
Fue un Valencia-Villarreal intenso en la grada, propio de un derbi, pero con un dominador claro en el campo. Baraja, conocedor de las debilidades defensivas de su rival apostó por un once titular con dos nueves cañoneros para que los de Marcelino rindieran el castillo pronto: Hugo Duro y Yaremchuk. La jugada le salió perfecta. A las primeras de cambio ganaba por 1-0 gracias al artillero ucraniano y a la media hora su equipo podría ir cinco-cero. No acertó y tuvo que conformarse el Valencia con anotar el segundo de penalti provocado por Hugo Duro que transformó Pepelu en el minuto 27.
Los dos puntas no conocen a Parejo, vamos, no han compartido vestuario con él, no le tienen el respeto de otros y maniataron al excapitán valencianista dejando noqueado al Villarreal que sólo encontró en Morales, otro llanero solitario del fútbol, algún argumento para reducir distancias.
El entramado del Valencia CF y de Baraja
Pero es que el entramado defensivo que ha generado Baraja es bastante solvente. La zaga cumple aunque hayan altas y bajas (volvieron Gabriel y Foulquier por Thierry y Diakhaby) y no se resiente. Foulquier hizo una primera mitad de escándalo. Sólo con la relajación y el 3-0 que campaba en el marcador tras otro gol de Pepelu de penalti forzado por Canós en una internada que cortó con la mano Altimira, llegó el 3-1.
A partir de ahí ya no se jugó nada en Mestalla, por agotamiento, por falta de ideas del Villarreal, maniatado por el Valencia de Baraja y empezó la fiesta, que si ovación a Parejo, que si intercambio de carantoñas con Marcelino pero poco más. Pepelu al frente del timón del partido -pudo marcar el cuarto de falta en el 94- echó la última palada al luto por la forma en que Lim se cargó el proyecto Marcelino-Parejo-Alemany. Toca, no queda otra, honrarlos y recordarlos con cariño, pero también con victorias como la de este martes que, por supuesto, va dedicada a Castellanos, fallecido hoy, e ídolo de la infancia de una generación de valencianistas hoy cincuentones.