La situación del Valencia CF es muy delicada y su inicio en LALIGA es histórico, pero a malas. Una victoria, un empate, ocho derrotas, cinco goles a favor (nunca había anotado tan pocos tras las ocho primeras jornadas) y la friolera de 13 en contra provocan que esté en zona de descenso. De hecho, para poner en contexto, desde el inicio de la competición oficial -17 de agosto- solo ha estado 48 horas fuera de la zona roja. Estos datos se traducen en el segundo peor comienzo de su historia en LALIGA, que solo empeora la temporada 1957/58, la de la riada.
Aquella temporada, el Valencia CF se vio obligado a jugar seis de las primeras ocho jornadas fuera de casa por el desastre que provocó en la ciudad la riada del 14 de octubre de 1957. Mestalla sufrió las consecuencias, de ahí a no poder jugar como local. Los sistemas eléctricos, las sillas de tribuna y las oficinas sufrieron la peor parte de aquellas horas tristes y horribles que provocaron 81 muertos, miles de valencianos sin hogar y la ciudad llena de barro y agua con muchos meses por delante para su reconstrucción total.
Con toda la conmoción que aquello causo y con el factor clave que significó no poder jugar en Mestalla durante meses, ese fue el único inicio en Liga peor que el actual. El Valencia CF, ahora mismo, es el 18º clasificado con cinco puntos de los 24 que se han disputado. Solo supera a Real Valladolid y UD Las Palmas.
El elenco de Rubén Baraja está mostrando un nivel pésimo fuera de casa comparado con Mestalla, pero se la juega en Butarque este viernes con un seguro: si gana, se va al parón de selecciones fuera de la zona de descenso. Al Valencia CF no le queda otra que "espabilar", como dijo Rubén Baraja el sábado en San Sebastián, y ante el CD Leganés tiene la primera oportunidad.