Cinco años después de la bomba biológica de Milán, la huella del COVID sigue lastrando al Valencia CF

Se acaban de cumplir cinco años desde la bomba biológica que el Valencia CF y su afición sufrieron en Milan y que terminó por ser una de las causas de la propagación del COVID en la Comunidad Valenciana. Aquel fatídico 19 de febrero de 2020 sigue todavía lastrando la memoria del valencianismo y la economía de su club.

Todo ocurrió del partido de ida de los octavos de la UEFA Champions League que enfrentó a Atalanta y Valencia CF en San Siro. Aquello del coronavirus empezaba a aparecer en los medios de comunicación, pero no se le hacía demasiado caso. Alrededor de 2.500 valencianistas se fueron a Milán para acompañar al equipo en una noche que podía ser histórica. Del conjunto local, otros 40.000 aficionados se desplazaron desde Bérgamo para presenciar el encuentro. Un año después, la lección en lo que se refiere a las aglomeraciones está más que aprendida, pero en aquel momento no. Semanas después la realidad y las consecuencias empezarían a notarse en el mundo, en Valencia y en el Valencia CF..No en vano, aquel encuentro fue calificado como una "bomba biológica", como comentó el jefe de los servicios neumólogos del hospital italiano Papa Giovanni XXIII, Fabio Di Marco. Allí nació el caso cero del coronavirus en Valencia, el periodista Kike Mateu, y el primer ingresado en UCI en Valencia, el exjugador Rubén Darío Ciraolo, que acudieron a aquel encuentro a hacer sus labores informativas.

Contagios imparables a raíz de la bomba biológica

A partir de ahí, la pesadilla. El Valencia CF fue de los primeros clubes en aplicar fuertes medidas de seguridad ante lo que se venía, de los primeros en verlos, pero, aún así, los casos en el primer equipo fueron la tónica habitual en los primeros dos años.

Se cumplen cinco años del estallido de la bomba biológica que tuvo, por desgracia y sin saberlo, al Valencia CF como uno de sus protagonistas.

Un mes después de aquel Atalanta - Valencia CF, ya inmerso en LaLiga el club informó de numerosos casos en la primera plantilla. "A pesar de las estrictas medidas adoptadas por el Club tras disputar el 19 de febrero de 2020 un partido de UEFA Champions League en Milán, área confirmada de alto riesgo por las autoridades italianas días después, distanciando a la plantilla del entorno laboral y del público en general, los últimos resultados demuestran que la exposición inherente a los partidos ha provocado en torno a 35% de casos positivos", explicó la entidad valencianista.

Con el paso de los años, la tónica de contagio se redujo pero jugadores como Thierry, Mouctar Diakhaby, Jaume, José Luis Gayà o Guillamón saben lo que se pasó en aquel vestuario.

Tras el parón deportivo por el COVID el equipo no levantó cabeza

Se paró la competición, y el Valencia CF volvió a jugar casi en verano y terminó de hundirse. Se quedó sin plaza europea, cuando aspiraba a todo, después de una racha pésima de resultados tras el confinamiento y después de que Anil Murthy comunicara la lista negra de despidos antes de jugar en Leganés cuando aún restaban tres jornadas para el final. Se fueron (o mal vendieron) a Parejo, Ferran Torres, Coquelin, Rodrigo, Kondogbia, Garay...

Se fueron (o mal vendieron) a Parejo, Ferran Torres, Coquelin, Rodrigo, Kondogbia, Garay...

Sin Europa y con la crisis económica generada por el COVID a todos los clubs, el mercado de fichajes fue funesto y se plantó en la 2020/21 con lo que es hoy la entidad, un equipo debilitado y que, con el paso de los años, ha ido devaluándose aún más. Gracia no acabó una temporada a la que puso punto y final Voro; con Bordalás hubo un repunte, pero después de él, Gattuso y Baraja convivieron con miseria deportiva por lo que a refuerzos se refiere al igual que le pasa hoy a Corberán.

El club, en sus cuentas, aún seguía reflejando hasta el año pasado el impacto del COVID. Pero fue mucho peor la gestión deportiva.