Mestalla se despierta este martes celebrando su 102 aniversario de vida tras haber confirmado este domingo con una derrota ante el Athletic que, por sexta temporada consecutiva no albergará partidos europeos. Testigo del divorcio de la afición contra Peter Lim, el coliseo valencianista apura sus últimos años de vida. No en vano, en 26 meses (Julio de 2027) está previsto que el Valencia CF se traslade al Nou Mestalla. Lo hace después de haber acumulado la impresionante cantidad de más de 823.000 espectadores durante toda la temporada, pruebe evidente de la fidelidad de su parroquia con los
Antes le quedan por delante dos temporadas en las que la afición, a buen seguro, sigue mostrando partido tras partido su desafección con Peter Lim, al que le cantan que se vaya siempre en el minuto 19 y, a veces, en otros momentos de los partidos.
Mestalla ha vivido casi de todo desde que, tal día como hoy pero en 1923, el Valencia FC disputó su primer partido ante el Levante en el escenario que este fin de semana albergó el último encuentro de una temporada de profunda preocupación deportiva. La campaña, en la que el Valencia estuvo 24 jornadas en descenso, sirvió para acrecentar la tristeza y la frustración social por la ruptura total con el máximo accionista. De todo ello es testigo de excepción un estadio que supera los tres dígitos de experiencia tras cinco grandes reformas que nunca debería haber cumplido si Peter Lim hubiera mantenido su palabra y hubiera acabado el Nou Mestalla en tiempo y forma.
nunca debería haber cumplido si Peter Lim hubiera mantenido su palabra y hubiera acabado el Nou Mestalla en tiempo y forma.
Todo y que la situación del Nou Mestalla es una cuestión que antecede al aterrizaje de Peter Lim y Meriton Holding, han pasado quince años para que se retomaran las obras en enero de este 2025, once de los cuales estuvo el de Singapur al frente de la gestión. La aparición del fondo CVC, el consenso político y el acicate del Mundial 2030, además de un nuevo préstamo con Goldman Sachs han permitido que Mestalla tenga fecha de caducidad. Será en 26 meses si todo se cumple tras la concesión de las licencias municipales para retomar las obras del Nou Mestalla y el acuerdo por las fichas urbanísticas.
Pero eso es otra historia. Antes merece recordar que el Mestalla actual es tan histórico como antiguo. No hay ningún otro campo en Primera División que haya cumplido 102 años y que haya permanecido con sus cinco grandes obras mientras se prepara el traslado al equipo a otro campo.
El Mestalla actual, situado en la Avenida de Suecia, no nació siendo el estadio que se conoce. En 1923 no tenía más que campos de cultivos a su alrededor y estaba totalmente aislado de una ciudad que no se había expandido hacia el norte. Se inauguró como un campo de tierra para unos 17.000 aficionados apartado y ahora debe parte de su encanto a la bella silueta que destaca entre algunas de las avenidas que configuran la estructura urbana de València.
Fruto de sus ampliaciones y mejoras, el Valencia y su coliseo han superado con buena salud las bodas de hueso. Sin embargo, no llega con su mejor imagen: apenas las lonas y una renovación del escudo pueden disimular los desconchones y desperfectos de un estadio envejecido que espera su derribo.
El Camp de Mestalla recibe su nombre en honor a la acequia principal que transcurría junto a él por el lado Sur. Cabe resaltar que, además de haber vivido noches mágicas con nuestro Valencia CF, el feudo valencianista también ha albergado numerosos encuentros nacionales e internacionales, así como haber sido sede del Mundial de 1982 o subsede de los Juegos Olímpicos Barcelona ´92.
Mestalla, que ya no será sede del Mundial 2030 porque, en caso de que Valencia sea sede, ese privilegio está reservado al Nou Mestalla, ha albergado más de 2.000 partidos del Valencia, ha sido sede de la selección y refugio de otros equipos. Lo seguirá haciendo durante dos temporadas más, viendo cómo las voces de gran parte del valencianista retumban en sus cimientos contra la gestión de Lim pero con el incuestionable apoyo de su afición, que este año acudió en masa. La media de asistencia ha superado ampliamente los 43.000 espectadores.