Santi Cañizares confiesa por qué no siguió en el Valencia CF: "Nadie me debe nada"

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"A mí el Valencia no me debe nada, me ha pagado con creces cada uno de los esfuerzos que he hecho"
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"Me molestan las críticas a Juan Roig"
Santi Cañizares, leyenda del Valencia CF, analista y habitual de los medios de comunicación, ha repasado su trayectoria vital que, futbolísticamente hablando, puso fin el 18 de mayo de 2008, cuando jugó su último partido como valencianista, contra el Atlético de Madrid en Mestalla, siendo despedido y ovacionado por un estadio en pie, volcado con el que había sido uno de sus grandes ídolos durante los últimos diez años. Acababa de ganar la Copa del Rey tras ser apartado por Ronald Koeman y decidió no continuar más jugando al fútbol y en el Valencia CF.

Ahora, el guardameta de Puertollano, explica los motivos de su adiós al Valencia CF y por qué no siguió ligado al club. Lo ha hecho en una amplia entrevista en El Mundo, en la que cuenta que no siguió vinculado al club porque "en mi etapa de futbolista tuve tres hijos y apenas ejercí de padre, me perdí un poco su infancia. Yo tenía vocación de ser entrenador. De hecho, formé parte de una comisión que peleó por los derechos de los ex jugadores para que pudieran ser entrenadores sin tener que ir a la universidad tres años. Y, es curioso, tras conseguir reducir todo eso a un curso, no lo hice. ¿Por qué? Porque entendí que quería dedicar parte de mi vida a mi familia y a mis hobbies, y en el fútbol no lo iba a conseguir: si fuese entrenador me iba a involucrar de tal manera que el fútbol me iba a volver a absorber. Cuando adquiero un compromiso, me dejo la vida en ese compromiso. Mira: acabé en el fútbol con 39 años y yo no había cogido un vuelo nunca para ir a ningún sitio que no fuera a jugar al fútbol. Jamás había cogido un vuelo de vacaciones."
"A mí el Valencia no me debe nada, me ha pagado con creces cada uno de los esfuerzos que he hecho.
En la charla con David Lema asegura que no se siente una leyenda del Valencia CF pero, tras insistirle, reconoce: "Pasan todos estos años y resulta que soy el jugador que, por suerte, más títulos ha ganado en el Valencia, que más partidos de Champions ha jugado, a pesar de que llegué con 28 años, estoy entre los 10 o 15 jugadores que más partidos de liga ha jugado... Bueno, pues por datos, evidentemente, pues sí, soy una leyenda. Pero a mí el Valencia no me debe nada, me ha pagado con creces cada uno de los esfuerzos que he hecho. Me ha permitido lujo, poder criar a siete hijos que tuve, poder sacar adelante a mi familia, a mis padres, comprarles un apartamento en la playa, que me inviten a un café si salimos por la puerta, porque la gente es agradecida y reconoce aquella época. Pues sí, una leyenda, contento, orgulloso, fantástico, pero nadie me debe nada, ¿sabes?"

Además, confiesa "Vivía muy estresado, para y por el fútbol: si tenía una lesión entraba casi en depresión; si ganaba un partido, era alivio de no haberlo perdido. Y me desgasté mucho sin tener un físico privilegiado".
Santi Cañizares defiende a Juan Roig
Hablando de lo divino y de lo humano, Cañizares asegura que en España se vive hoy peor que en los 90 y parte una lanza por Juan Roig y empresarios como él: "Me molestan las críticas a Juan Roig, porque Juan Roig no engaña a nadie. Pone un establecimiento y, si quieres, entras y compras, y si no quieres vas a otro. Pero el hombre ha hecho de un equipo residual, que era el equipo de baloncesto en Valencia, uno de los mejores equipos de Europa con un pabellón extraordinario, ha traído aquí a la Maratón de Valencia, cuando aquí nadie corría y ahora todo el mundo corre, y, joder, dedica parte de su vida al bien social.

El pelo rubio, la parálisis facial y la colonia
El meta además explica algunas cuestiones de su vida como el tarro de colonia que lo dejó fuera del Mundial de 2002 o la parálisis facial que sufrió, todas ellas relacionadas con la superstición del pelo platino: "Cuando me lesionaba, me deprimía. Y en una lesión un peluquero me lo puso así para animarme. ¿Qué ocurrió después? Que en dos momentos decido quitármelo. Uno, en el Mundial de Corea, me lo tiño de rojo y en la ducha me cae en el pie un bote de colonia y me destroza un tendón"
"Tan pronto pude me lo volví a poner rubio, pero después, en 2012, 2013, no recuerdo bien, empecé a dejármelo crecer para que se pusiera moreno. Me fui a correr un rally a Orense", relata. "Acabo, vuelvo a Valencia, y me invitan a un cumpleaños después de esa paliza tremenda. Dan las 4, 5 de la mañana. Agotadísimo. Al día siguiente me levanto y me está saliendo la saliva aquí la comisura de la boca. ¿Qué coño me pasa? Fruto del agotamiento, tuve una parálisis facial. Estuve así cuestión de un mes. Joder, las dos cosas más raras de mi vida me han pasado cuando me he quitado el color rubio", confiesa