Santi Cañizares siente la presencia de su hijo fallecido: "Sé que la muerte no es el final"

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Relato que estremece y reconforta a la vez
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Santi Cañizares, leyenda del Valencia CF, que reside en la capital del Turia, ha recordado con cariño y ha contado cómo es la relación que aún hoy mantiene con Santi, su hijo fallecido a los cinco años de edad en 2018 por culpa de un tumor en la cabeza. Escucharle hablar de su retoño es, sin duda, una lección de vida que estremece y reconforta a partes iguales.
"¿Cómo era Santi? Siempre fue un niño muy especial, muy especial, muy distinto, con reacciones muy extrañas. De momento iba al colegio, por ejemplo, con tres años, iba superfeliz y llegaba a la puerta del colegio y se frenaba en seco y no quería entrar. Digo, "Pero bueno, de este chico." Y viene tan contento hasta dos baldosas antes, pero justo aquí se frena, que quizá pues él veía cosas que no veíamos los demás, ¿no? Y yo pues trataba de interpretarlas. Pues, papá, yo aquí no he venido a aprender nada, si yo he venido a enseñaros y yo voy a estar aquí muy poquito tiempo", comienza el guardameta que ha participado hoy en el programa Herrera en COPE.
🎙️👉🏻"Él me ayuda a saber qué camino elegir, y nunca me ha fallado"
Santiago Cañizarez se pasó por Herrera en Cope, en directo en Valencia, y nos ha contado cómo era su hijo Santi y la relación que, aun hoy, tiene con él. pic.twitter.com/XfTIInRPuL
— COPE (@COPE) September 19, 2025
Santi Cañizares, un referente futbolístico y de vida para el valencianismo
El ex jugador es un auténtico referente para el valencianismo. Durante las diez campañas que estuvo el portero internacional en Mestalla, el jugador logró una Copa de la UEFA, dos títulos de la Primera División, dos Copas del Rey, una Supercopa de Europa de la UEFA y otra Supercopa de España. Si fue un referente como futbolista, también lo es como persona. Siempre crítico con la gestión de Peter Lim, la entereza con la que afronta el adiós de su hijo fallecido es una lección de vida.

Así cuenta cómo sucedió todo. "Unas Navidades bueno empezó a sentirse mal, a sentirse mal, resultó se tener tumor en el cerebelo que le llevó pues a la muerte 18 meses después que estuvimos luchando con él. Por suerte no se fue pronto, me dio tiempo o nos dio tiempo durante esos 18 meses a entender que su mundo no era este, que era en otro lugar y que el aquí a lo mejor había venido a cumplir una misión, ¿no? A lo mejor todo tiene una explicación"
El meta continúa con su relato. "Lo que está claro es que yo vivo con ese dolor que lo habrá sufrido muchos padres que han perdido a sus hijos, lo que más me sostienes que yo sé que la muerte no es el final, estoy convencido. ¿Por qué? Porque siento la presencia de mi hijo y porque cuando estoy muy mal, por ejemplo, pues le hago preguntas y y él me aporta soluciones. Cuando hay un problema grave que estás en una encrucijada, no sabes qué camino coger, a veces trato de de de encontrarme con él y de me envíe alguna señal para que yo interprete por qué camino tengo que ir y nunca me ha fallado", dice.
Con todo, Cañizares matiza: "No se lo pido para saber si hacemos lentejas o macarrones y ha aparecido siempre para ubicarme y para decirme por aquí. Entonces yo sé que la muerte no es el final".