"Martillo de Hierro" golpea 32 años después
El oro de China en voleibol femenino será probablemente la medalla más recordada por el país asiático en los Juegos de Río 2016, entre otras cosas porque devuelve a la gloria olímpica a una mujer, Lang Ping, que se convirtió en leyenda del deporte nacional en los 80 y ahora vuelve a dar éxitos a su país como entrenadora.Lang, apodada "Martillo de Hierro", fue una de esas figuras que, como el gimnasta Li Ning, dio las primeras glorias deportivas a un país que acababa de salir del aislamiento de la Revolución Cultural y aún no despuntaba como la potencia olímpica que hoy es.
Cuando la selección que entrena logró hoy el oro de Río al ganar a Serbia (después de haber ganado en cuartos a Brasil, la gran favorita), es seguro que Lang se acordó del equipo que ella lideró como jugadora en Los Angeles 1984, y que también venció el torneo olímpico.
Fue el punto álgido de un dominio chino en el voleibol femenino que se prolongó durante todos los años 80, que también incluyó dos mundiales (1982 y 1986), dos Copas del Mundo y un bronce en Seúl 1988, triunfos en los que casi siempre estuvo Lang Ping como gran directora de la orquesta asiática, antes de que llegaran las décadas dominadas por Cuba, Brasil o Rusia.
Lang, pequinesa de 55 años, es además especialmente querida por los chinos por su carrera de "hija pródiga" que marchó al extranjero pero regresó a su país para seguir su gran trabajo.
Vivió en Estados Unidos 15 años en los que trabajó como entrenadora a todos los niveles e incluso fue la seleccionadora de ese país, pero nunca renunció a la ciudadanía china y cuando todos pensaban que nunca regresaría, lo hizo para ganar a lo grande.
Con un inglés fluido, Lang llevó a las estadounidenses -que nunca han sido oro olímpico- a la medalla de plata en los Juegos de Pekín 2008, un torneo en el que China, gran favorita por haber ganado el torneo en Atenas 2004 y ser anfitriona, se tuvo que conformar con el bronce.
En aquel torneo Lang vivió la difícil tesitura de enfrentarse al equipo de su país desde el banquillo: aquel encuentro, que la prensa china apodó como la "Batalla de la Paz", acabó con una reñidísima victoria de las norteamericanas, tras un eterno partido que vieron 250 millones de telespectadores chinos y que en la grada presenciaron los entonces presidentes de China y EEUU (Hu Jintao y George Bush).
Pese a todo Lang nunca fue vista por los nacionalistas seguidores chinos como una "traidora": fue muy aplaudida en los partidos por el público local, y hasta fue una de las portadoras de la antorcha en los meses que precedieron a la cita pequinesa.
Ocho años después, el oro de Río devuelve al nivel máximo a una selección china que parecía condenada a la decadencia (en Londres aún le fue peor que en Pekín y acabó quinta), pero que ha dado al país las mayores glorias en competiciones por equipos, y que tanto en los 80 como en la época actual tiene una gran culpable: "Martillo de Hierro".